Quiso hacer un acto de solidaridad pero el sistema no lo dejó. En Myrtle Beach, una ciudad de Carolina del Sur (Estados Unidos), Yossi Gallo vio a una persona en situación de calle y se conmovió, lo invitó a levantarse del lugar en el que estaba y a acompañarlo a un restaurant de comidas rápidas porque le iba a comprar algo para comer.

Un buen gesto para colaborar con alguien que necesitaba ayuda, pero Yossi se encontró con un problema inesperado. Después de pedir el combo y sentarse a comer se acercó una oficial de la policía, que le indicó al indigente que se debía retirar porque algunos clientes y personal del local se habían quejado.

No había hecho nada, sólo estaba comiendo y allí la policía le decía que no podía hacerlo y que tenía que marcharse. Gallo explotó. Tomó su celular y comenzó a grabar la situación. Estaba indignado por la situación y cuestionaba la actitud a la mujer policía.



Segundos más tarde apareció el gerente del local que también le indicó a Gallo que se fuera. Tras discutir y protestar por lo que estaba ocurriendo, finalmente ambos abandonaron el lugar. 

El video fue publicado en Facebook y se volvió viral. 78 millones de reproducciones después el tema llegó a los medios y tanto el departamento de policía de la ciudad como el dueño del local debieron salir a dar explicaciones por lo sucedido.

Aunque su defensa fue aún peor debido a que argumentaron que el indigente solía merodear por allí pidiendo comida y que por eso lo habían echado. Además, apuntaron que Gallo tuvo una actitud violenta.

En consecuencia hubo un aluvión de críticas y malas calificaciones para la empresa, en tanto la agente debió cerrar sus redes sociales por las agresiones que recibió desde todo el mundo. Hasta el propio Gallo, que se convirtió en una celebridad, salió a pedir piedad: "Ella sólo estaba haciendo su trabajo".