Desde hace dos mil años las figuras de unos camellos tallados a tamaño real y en tres dimensiones habían permanecido ocultas en unas rocosas colinas en el desierto de la península arábiga.
Supervivientes a las duras condiciones del entorno y elevadas a piezas maestras del arte rupestre local, un equipo de investigadores franceses y saudíes acaban de hallarlas en una zona remota de Arabia Saudí.
"Los descubrimientos, ubicados en un área que ha permanecido virtualmente sin explorar, son verdaderamente únicos", reconoce Guillaume Charloux, investigador del
Centro Nacional de Investigación Científica de Francia (CNRS, por sus siglas en francés). Las esculturas, esculpidas en la roca de tres promontorios y algunas incompletas, se hallan a 8 kilómetros al norte de la ciudad de Sakaka, en la provincia de Al Jawf, en el noroeste de Arabia Saudí.
El emplazamiento -una propiedad privada bautizada ahora como el lugar del camello,
alberga la representación de al menos once dromedarios, dos burros y un animal aún no identificado con apariencia cercana a la de un caballo. Se trata, según los investigadores que inspeccionaron el páramo entre 2016 y 2017, de esculturas "realistas y de gran profundidad" que han resultado destruidas parcialmente por la erosión natural y la actividad humana.
"Es obviamente
obra de escultores expertos que respetaron las proporciones", confirma Charloux. Los animales desfilan por las colinas libres de cargas, "en posturas activas y en un entorno natural".
El estudio, publicado este mes en la publicación Antiquity constata que las figuras se alejan de la tradición árabe oficial de representaciones "esquemáticas y bidimensionales" y de las localizadas en otros yacimientos saudíes y sugiere la influencia de la cultura de las poblaciones vecinas Parta y Nabatea, con la ciudad jordana de Petra como icono.
Por encima de todas, los científicos destacan una de las escenas. "
No tiene precedentes. Muestra a un dromedario que se encuentra con un burro, un animal que rara vez es representado en el arte rupestre", subraya la misión, que ha relacionado el emplazamiento de las figuras con la existencia de antiguos lagos y rutas comerciales. "El lugar, agrega, puede ser considerado ahora como una muestra destacada del arte rupestre saudí en una región especialmente propicia para hallazgos arqueológicos".
Fuente: El Mundo