Es 14 de febrero. Día de San Valentín. Día de los Enamorados. El hombre ingresa al restaurant y elige la mesa de costumbre. Se sienta y no espera. Coloca un objeto delante suyo. Parece un recipiente. Ordena un plato, dos copas de vino blanco y comienza a comer. Sabe que almorzará en soledad.
Minutos después, toma un pañuelo y comienza a secarse las lágrimas que brotan de dolor. No contiene el llanto. No lo logra pese a estar en un lugar público. No le importa. Sigue llorando, desconsolado. Frente a sí había colocado las cenizas de su esposa. Su amada esposa. E intentaba, de aquel modo desgarrador, pasar un nuevo San Valentín. Un nuevo día de los enamorados. Aunque ella ya no esté.
Chasidy Gwaltney, de Corpus Christi, Texas, observaba desde otra mesa la escena. Tomó su teléfono celular y disparó una foto. "Vi algo hoy que me hizo recordar que no siempre nos tendremos el uno al otro para sostenernos, hablar, amar, jugar de vez en cuando", escribió la mujer en su publicación.
"Esta imagen habla en voz alta y puede herir tu corazón, como al mío. Parece que este hombre está pasando el Día de San Valentín solo, a primera vista, pero en realidad está su esposa en esa hermosa botella sentada en la mesa. Aparentemente, su amor por ella era y sigue siendo muy fuerte para sacar sus cenizas en una cita de San Valentín. Incluso le compró una copa de vino…", relató Chasidy en su post en Facebook.
Por último, la mujer recomendó "amar mientras tengamos la oportunidad, nunca sabes lo que se llevará mañana". La publicación tuvo una inmediata repercusión en los Estados Unidos. Las grandes cadenas de noticias mostraron la imagen desgarradora en un lejano restaurant de Texas. El posteo de Gwaltney consiguió más de medio millón de likes y fue compartida más de 400 mil veces. Miles y miles de personas comentaron uno de los más duros momentos de este San Valentín sin conocer siquiera a su protagonista.