Durante el vuelo hacia Santiago de Chile, el Papa Francisco hizo repartir entre los 70 periodistas que lo acompañan una antigua foto en blanco y negro de un niño que espera su turno en el crematorio para su hermano muerto en su espalda, tomada en 1945, después del bombardeo atómico en Nagasaki, por el fotógrafo norteamericano Joseph Roger O'Donnell.
"La encontré de casualidad, me conmoví cuando la vi y me animé a escribir detrás de ella 'es el fruto de la guerra'", explicó. "Quise imprimirla y darla, porque una imagen así conmueve más de mil palabras. Por eso la quise compartir con ustedes", agregó.
Cuando pasó a saludar, como siempre, uno por uno, a los reporteros, Franca Giansoldati, del diario italiano Il Messaggero, le agradeció el regalo. Y le preguntó si le tenía miedo a una guerra nuclear, el Papa le contestó que sí. "Pienso en serio que estamos al límite. Tengo miedo de esto. Si seguimos así, basta un pequeño incidente que la situación puede precipitar. Hay que eliminar las armas", afirmó.
De regreso de su viaje a Myanmar y Bangladesh, hace dos meses, Francisco había también dejado en claro su preocupación. "Hoy estamos al límite de la licitud de tener y usar las armas nucleares. Con el arsenal nuclear tan sofisticado que hay, arriesgamos la destrucción de la humanidad", había dicho.
Fuente: La Nación