Dijo que el acuerdo con Chevron permitirá aumentar la producción local
"En la Argentina tenemos un déficit energético que es serio, y si no hacemos algo va a empeorar." En una sola frase, el presidente y CEO de YPF, Miguel Galuccio, deshizo los argumentos que durante el último lustro utilizó el Gobierno para negar la existencia de problemas con la energía, una bandera que agitó con especial entusiasmo el ministro de Planificación, Julio De Vido. Galuccio habló ayer durante una conferencia de prensa en la torre que la empresa tiene en Puerto Madero, en la que defendió el acuerdo con Chevron.
El convenio contempla una inversión millonaria durante los próximos 35 años para producir petróleo en la formación neuquina Vaca Muerta.
Galuccio compartió el escenario con Alí Moshiri, un iraní que conduce los negocios de la norteamericana en África y América latina. "Respeto las manifestaciones de quienes tienen diferencias con el acuerdo, pero la Argentina importó energía en 2011 y 2012 por más de 9000 millones de dólares anuales y necesita desarrollar su potencial en estos recursos", señaló.
El ejecutivo planteó que la inversión que llegará al país de la mano de Chevron generará empleo local, a diferencia de la energía que proviene del exterior. Y agregó: "Este acuerdo apunta a reemplazar la inversión de 9300 millones de dólares que el país destina a la importación de gas y combustibles por dólares que vienen para producir recursos naturales propios".
Galuccio llegó en mayo del año pasado al país para conducir la petrolera nacional tras la expropiación a la española Repsol. Si bien tiene relación directa con la presidenta Cristina Kirchner, su lenguaje nunca pareció dominado por el rechazo kirchnerista de algunos términos clave como "inflación", "seguridad" o "crisis energética". Aunque no habló explícitamente de crisis energética, recaló de una manera poco frecuente en un punto ajeno a la reflexión pública habitual del Gobierno.
Galuccio se refirió a los problemas energéticos para apoyar el acuerdo que YPF firmó con Chevron. "Podemos discutir cómo vamos a explotar estos recursos no convencionales; no podemos discutir si vamos o no a explotarlos", advirtió.
Desde su llegada a YPF, el ejecutivo imaginó el día de hoy -estará operativo el convenio- como una jornada de algarabía. No calculó que el rechazo de una parte de la población neuquina al convenio con Chevron para producir petróleo en Vaca Muerta le daría un marco de protestas y heridos, como ocurrió anteayer en la Legislatura neuquina.
"Hubiera querido que hoy fuera un día de celebración", fueron unas de las primeras palabras que mencionó el ejecutivo. Junto con Moshiri, ambos respondieron preguntas de la prensa con tono enfático, pero lejos de un clima de celebración.
El acuerdo compromete a la empresa norteamericana a hacer una transferencia inmediata de 300 millones de dólares. Durante los próximos 12 meses desembolsará el resto del capital comprometido, hasta llegar a los 1240 millones. Una vez que concluya esa fase del acuerdo, ambas compañías realizarán una evaluación y definirán si siguen trabajando en conjunto. Si la respuesta es positiva, ambas encararán un desembolso que, según sus promesas, superará los 16.000 millones de dólares.
MITO Y REALIDAD
El presidente de YPF le dedicó varios minutos de su exposición a refutar lo que él llamó "mitos" del acuerdo con Chevron. Aclaró que su flamante socia ingresará dólares al país a través del mercado libre de cambios, a cotización oficial; que el convenio no estipula los futuros precios a los que se comercializará la energía y que la empresa no hará un depósito en el exterior como garantía de futuros pagos a Chevron. También sostuvo que el convenio no prevé ningún tipo de indemnidad para las compañías en caso de que tengan problemas con los conflictos legales que sufre cada una de ellas (un juicio por 19.000 millones en Ecuador pesa sobre Chevron, mientras que YPF sufre la amenaza constante de Repsol, cuya participación de control le fue expropiada).
Galuccio y Moshiri hicieron sus mejores esfuerzos para remarcar que no hay puntos secretos en el acuerdo. Para eso eligieron un ardid semántico y hablaron de "confidencialidad". El primero sostuvo que se trata de un "confidencial" sobre la base de las normas que aplican dos compañías privadas. "Protege la inversión de esas dos compañías, lo que significa que ese acuerdo se transforme en pozos y en producción", sostuvo.
"No hay ningún acuerdo secreto. Seguimos la ley. Ambas empresas cotizamos en Bolsa y tenemos que ser transparentes, y así lo refleja este acuerdo", reforzó el concepto Moshiri.
Por otra parte, Galuccio anticipó que espera cerrar este año un acuerdo de inversión con la norteamericana Dow Chemical, pero aclaró que el convenio que cerró en diciembre del año pasado con Bridas, la empresa de los hermanos Bulgheroni, ya no está vigente.
LAS RESPUESTAS DE YPF
Miguel Galuccio
Presidente de YPF
El timonel de la compañía respondió preguntas de la prensa durante más de una hora
"Confidencial, no secreto"
Galuccio sostuvo que no hay cláusulas secretas en el convenio, sino confidenciales. Argumentó que es una manera de resguardo de la información sensible de la empresa
Mejora en la producción
Según los números de YPF, la inversión conjunta con Chevron permitirá paulatinamente reducir el déficit energético nacional