Más de 18.000 personas de 115 países han adquirido esta majestuosa propiedad por 1,6 millones de euros -la aportación mínima era de 50 €-.
Uno de los atractivos turísticos del centro de Francia es el valle del Loira, donde conviven paisajes naturales, viñedos e increíbles castillos centenarios. Decenas de fortificaciones se sitúan en la ribera del río que da nombre a la zona, algunas de ellas se encuentran en perfecto estado de conservación, pero otras han caído en el olvido. La Mothe-Chandeniers es una de estas fortalezas que, a pesar de su majestuosidad, se encuentra devastada por el paso del tiempo y gracias al crowdfunding inmobiliario va a ser salvada.
A través de la campaña de micromecenazgo Adopta el castillo de La Mothe-Chandeniers, 18.632 inversores han adquirido la propiedad francesa para restaurarla. El inmueble se ha convertido en la posesión patrimonial colectiva más grande del mundo con sus nuevos dueños de 115 países. Ésta adquisición es un ejemplo del nuevo concepto en inversión inmobiliaria que se está llevando a cabo -no sólo en este tipo de construcciones, también en promociones de inmuebles contemporáneos- a través de una mínima aportación económica del valor de la propiedad.
De la mano del portal Dartagnans, una web que organiza crowdfunding para salvar construcciones milenarias, se recaudaron 1,6 millones de euros para comprar éste palacio cuyos orígenes se remontan al siglo XIII. El anterior propietario tasó en 500.000 euros la venta de esta propiedad, llegándose a triplicar la recaudación que irá destinada a administración y remodelación de la vivienda. Cada uno de los inversores ha hecho una aportación mínima de 50 euros para poder ser propietarios de la fortificación.
En menos de tres meses se consiguió el dinero para comprar este castillo en ruinasque se encuentra en medio de un lago artificial. Operación que se hizo efectiva la última semana de 2017. Aunque la estructura esté aparentemente conservada, la naturaleza ha entrado de lleno en esta centenaria vivienda y, algunos muros interiores han caído y los tejados se han venido abajo.
El futuro de la fortaleza todavía es incierto y depende de los socios, que se plantean promover viviendas, una residencia para artistas o un centro cultural.
Ocho siglos de historia
Este inmueble, de ocho siglos de vida, ha contemplado la historia del país galo. Durante la Revolución francesa fue saqueado y parcialmente destruido. En 1809, François Hennecart lo compró, restauró y sembró un viñedo, conservando una parte del edificio medieval. Pero años después, en 1870, el barón Edgard Lejeune, llevó a cabo una restauración masiva cambiando radicalmente el estilo, pasando a ser un castillo romántico.
En 1932 comenzó la decadencia de la fortificación en un terrible incendio que destruyó la biblioteca, valiosos tapetes, muebles antiguos y cuadros con un gran valor. El deterioro siguió tras la adquisición del inmueble en el año 1963 por un jubilado, interesado, sobre todo, en la explotación agrícola aledaña al palacio.