El dictador norcoreano instó a su país a aumentar la producción de cabezas nucleares y misiles, aunque agregó que "mientras no haya una agresión" el régimen "no tiene la intención de usar los poderes nucleares". Por otro lado, tendió una mano a Corea del Sur y dijo que podría enviar una delegación al país vecino para los Juegos Olímpicos de Invierno de 2018.
El dictador de Corea del Norte, Kim Jong-Un, aseguró este lunes que tiene el botón nuclear al alcance de la mano en un desafiante mensaje de Año Nuevo, pronunciado tras meses de tensiones en torno al programa armamentístico norcoreano.
"Todo Estados Unidos está al alcance de nuestras armas nucleares y hay un botón nuclear siempre en mi escritorio. Esta es la realidad, no una amenaza", declaró Kim, reiterando así que Corea del Norte es un Estado nuclear.
"Logramos la meta de completar nuestra fuerza nuclear estatal en 2017", dijo Kim, quien recalcó la necesidad de "producir en masa cabezas nucleares y misiles balísticos y acelerar su despliegue".
Por otro lado, el dictador norcoreano comentó que su país es "una nación nuclear responsable que ama la paz" y agregó que, "mientras no haya una agresión", Corea del Norte "no tiene la intención de usar los poderes nucleares".
El líder norcoreano instó a Washington y Seúl a poner fin a sus maniobras conjuntas, criticadas por el régimen al considerarlas un ensayo de invasión a su país, y tendió una mano al país vecino afirmando que Norte y Sur deben mejorar sus relaciones.
En ese sentido, Corea del Norte podría enviar una delegación a Corea del Sur para los Juegos Olímpicos de Invierno de 2018.
"Estamos dispuestos a tomar las medidas necesarias, incluido el envío de nuestra delegación" a los Juegos que se celebrarán en la ciudad surcoreana de Pyeongchang, declaró Kim.
Corea del Norte intensificó sus pruebas armamentísticas el año pasado con el lanzamiento de una veintena de proyectiles, tres de ellos intercontinentales, y larealización de su sexta y más potente prueba nuclear hasta la fecha el pasado septiembre.
Sus repetidas pruebas le han valido al país asiático un número récord de resoluciones sancionadoras de la ONU en un año, cuatro, a pesar de lo cuál Pyongyang sigue apostando por su desarrollo de armas, con las que dice buscan un equilibrio de fuerza con EE.UU.
A esta férrea postura se sumó el pasado año el tono amenazando con el que el presidente estadounidense Donald Trump ha respondido a los actos de Pyongyang, una beligerancia que ha llevado la tensión en la península a niveles no vistos en décadas.