Es la primera vez que la Conferencia Ministerial de la OMC se hace en América latina. Sin embargo, la Argentina tiene una escasísima participación en el intercambio de bienes
La Argentina, como anfitriona de la XI´ Conferencia Ministerial de la Organización Mundial del Comercio (OMC), buscará mejorar un poco en el intercambio de bienes entre los países del globo. Con datos a 2016, el país genera sólo el 0,3% de las exportaciones mundiales, una cifra baja que inclusive es menor de lo que representaba 50 años atrás, cuando lo vendido al exterior era un 0,8% del planeta.
Por eso, que sea en Argentina esta conferencia mundial (y por primera vez en América del Sur), reviste de importancia más desde la intención oficial de reinserción internacional llevada a cabo por el Gobierno, que la posibilidad concreta de que se materialice en una mejora de la balanza comercial.
Datos del Indec marcan que el rojo comercial llegó en el acumulado de los primeros 10 meses a u$s 6115 millones. Analistas estiman que podría alcanzar los u$s 8000 millones en 2017. Si bien las exportaciones crecen, lo hacen a un ritmo menor que las importaciones.
"En cuanto a la participación de Argentina en la OMC, el país ratificó recientemente el Acuerdo de Facilitación de Comercio (es junto a Venezuela el país de la región con mayores costos aduaneros), aunque todavía logra escasa participación en el comercio global", sostuvo el economista Marcelo Elizondo, de la consultora DNI (Desarrollo de Negocios Internacionales).
Y lo ilustra con un dato elocuente: Argentina es uno de los 10 países con menor ratio de exportaciones como porcentaje del PBI del planeta en la medición del Banco Mundial. Cuando se considera el comercio internacional total (ventas al exterior e importaciones), la comparación deja al país aún en un lugar peor: es uno de los cinco con menor ratio. "El Gobierno argentino se ha propuesto modificar esa situación a través de esfuerzos diversos (aún con escaso resultado). Uno de ellos es activar la presencia argentina en instituciones internacionales", resalta Elizondo.
Otro aspecto en el que el Gobierno luce optimista es el de mostrar al país para atraer inversiones, de manera que se produzca la "lluvia" que todavía no se dio. En 2017 los anuncios de inversión fueron cercanos al 5% del PBI, pero el número de proyectos en ejecución es significativamente inferior, resaltan desde la consultora Ecolatina. "Además, el impacto sobre el empleo y la productividad luce acotado. Si bien todavía no se logran ver resultados concretos en términos de las inversiones extranjeras directas, los anuncios están llegando y podrán multiplicarse a medida que la salida de un escenario de estanflación se consolide", agregan.
De esta manera, la reunión de la OMC es un ámbito que puede ser de oportunidades para la Argentina. No obstante la estrategia local choca a veces contra las de los principales compradores: "El arancel a la importación de biodiesel que aplicó Estados Unidos, la decisión del gobierno chino de comprar materias primas en vez de alimentos procesados, y las históricas dificultades de colocar productos agroganaderos en Europa, son claros ejemplos", señalan desde Ecolatina.