Una campaña contra la violencia de género del Municipio de Pilar obtuvo una gran repercusión pero no por los motivos esperados. El mensaje que intentó transmitir resultó confuso y despertó más críticas que elogios.
"Si le pega y ella se queda es porque le gusta" o "si usan esas polleritas, que después no se quejen" son algunas de las frases que podían observarse en los carteles instalados en la vía pública. Debajo de la expresión y en una letra pequeña aparecía la aclaración que buscaba "derribar mitos" y rechazar los dichos machistas que finalmente quedaron más y mejor instalados que la campaña que intentaba acabar con ellos.
Luciana Ruiz, directora de género y diversidad sexual del Municipio que gobierna Nicolás Ducoté, defendió la propuesta pese a las críticas. Dijo que esperaban esta reacción porque se trata de una idea provocadora que busca instalar un debate en una de las comunas que registra la tasa más alta de femicidios en la provincia de Buenos Aires.
Sabrina Cartabia, abogada, investigadora, presidenta de la Asociación Civil Red de Mujeres y miembro del colectivo Ni Una Menos, disparó fuertes críticas hacia la campaña. "Para empezar, para trabajar comunicación y perspectiva de género tenes que trabajar con gente que sepa de ambas", señaló. "No tiene sentido gastar dinero público en una campaña para trabajar esta temática si no es con un muy buen trabajo de comunicación con perspectiva de género. Está bien pensar en una campaña que trabaje el impacto pero también tiene que estar el empoderamiento de las mujeres".
La campaña, que imita otra muy similar realizada recientemente en Murcia, España, sólo despertó críticas en redes sociales, sobre todo de los vecinos de un partido donde el estado de la vía pública demuestra que no sobran los recursos. En el caso español, los promotores de la campaña
#BloqueaElMaltrato debieron retirar los mensajes que habían puesto en la vía pública.
De acuerdo con la especialista es un error desatender la reacción negativa. "Acá vemos que a esta campaña la comunidad de Pilar la rechazó y la rechazan las propias mujeres, que son las destinatarias", comentó. "Pero lo que más me preocupa no es el error sino que no lo reconozcan. Que sostengan una campaña que la propia comunidad está diciendo que no funciona. De esta forma van a cometer una y otra vez el mismo error".
Cartabia también destacó la situación crítica de Pilar: "Tenemos muchas mujeres en situación de vulnerabilidad y que se esté gastando el dinero público de esta forma es bastante chocante". La ausencia de comillas, los tamaños de las frases y específicamente la manera en que el remate pasa desapercibido hicieron fracasar a los afiches en su propósito original.
"Si caminas por Pilar es probable que no lo entiendas rápido. La campaña gráfica se tiene que trabajar de esa forma, tenés que fijarte qué se destaca y qué no. La verdad es que muy poca gente ve la letra chica. Si yo voy con el auto y lo veo rápido ¿con qué impresión me voy?", indicó la investigadora. "Está muy bien trabajar estereotipos, pero no alcanza con solamente difundirlos. Esta campaña lo único que hizo fue difundir sin elaborar una bajada y las autoridades tendrían que tomar en cuenta eso para no caer en estos errores en el futuro. Lo que más me preocupa es que se continúe sosteniendo", completó.
Infobae