El verdadero nombre de Tierra del Fuego es Tierra del Fuego, Antártida e Islas del Atlántico Sur por su condición de bi-continental. Esperanza es la única base antártica preparada para albergar huéspedes. Entre las familias militares, hay un matrimonio de docentes. Griselda Ramírez y Julio Palavecino se trasladaron junto a sus dos nenes para dar clases en la Escuela Provincial Nº 38 "Pte. Raúl R. Alfonsín", la única en la zona, fundada en 1978, el mismo año en que la base empezó a recibir expedicionarios.
"Más allá del trabajo, no hay mucho para hacer", reconoce la maestra Griselda a Infobae. "Acá todos vienen a trabajar". De lunes a viernes, las clases se dividen en dos franjas horarias. De 8 a 12 se dictan las áreas específicas -lengua, matemática, ciencia e incluso inglés por Skype-. Al mediodía las familias se juntan a comer. De 15 a 18 se dan las áreas complementarias -educación física, plástica, música-.
Hoy son 12 chicos entre guardería, jardín de infantes, primaria y secundaria. "Las clases son prácticamente personalizadas. En nivel inicial, por ejemplo hay un solo chico. Entonces se pueden atender las necesidades particulares de cada uno", dice Ramírez. Al igual que en los colegios rurales, se trabaja con plurigrado, pluriaño y plurinivel, lo que implica que en un aula confluyen chicos de distintas edades.
Los alumnos de la secundaria cursan sus estudios a través del Sistema de Educación a Distancia del Ejército (SEADE). Cada chico recibe de una vez todo el material de estudio a desarrollar a lo largo de su año en un cd-rom y recibe el apoyo de tutoras en la Base.
¿Cómo se vive en la Base Esperanza?
Héctor Cascú, maestro de la escuela en 1999 y 2000, hoy referente antártico relató a Infobae como se vive en la base.
En la Base Esperanza, no manejan dinero porque "no tienen dónde gastarlo" y la comida está celosamente racionada. Y, claro, no todo es malo, en los momentos en que se puede estar al aire libre, sus habitantes gozan del privilegio cercano a una naturaleza inigualable: glaciares, témpanos, pingüinos, lobos marinos, palomas antárticas, gaviotas, ballenas.
Cascú cuenta que cada salida al colegio implica, al menos, unos 45 minutos de preparativos entre gorros, guantes, camperas, botas y el equipamiento tanto para los adultos como, sobre todo, para niños. "Quizás eran necesarios recorrer tan solo unos 15 o 20 metros hasta la escuela, pero sin esa precaución nos exponíamos a riesgos", explica.
"Empecé a pintar las paredes de la escuela a las 5 de la tarde cuando amainó el viento, ingresando a la escuela de a ratos para descongelar la pintura y tomar algo caliente. Cuando terminé, miré la hora y… eran las 8 de la mañana del otro día". Sucede que a partir de octubre/noviembre no hay más noche en la base. La presencia del sol es permanente.
La misma escuela que pintó estará a cargo, desde 2018, por otro matrimonio. Cada año, el ministerio de educación fueguino designa un comité de selección encargado de elegir al matrimonio -siempre debe ser un matrimonio que resida en Tierra del Fuego- de docentes que dará clases en la Escuela Nº 38.
Fuente: Infobae