La Confederación Médica Panamericana (CMP) aconsejó celebrar el
Día del Médico el 3 de diciembre de cada año. La celebración tiene lugar también en otros países de Latinoamérica, en honor al natalicio de
Carlos Juan Finlay Borrés, médico científico, nacido en Camangüey, Cuba.
Carlos Juan Finlay Borrés comenzó
en el año 1865 a ocuparse y estudiar la fiebre amarilla y sus estudios resultaron en una hipótesis que se presentó en el año 1881 a la Academia de Ciencias de La Habana. Su trabajo se titulaba: “El mosquito hipotéticamente considerado como agente transmisor de la fiebre amarilla”, en el cual describió las características y hábitos del mosquito y su contagio a los seres humanos.
El trabajo consistía en el estudio de cinco casos, donde se interpretó la propagación de la enfermedad por la picadura del mosquito “Aedes aegipty”;
hipótesis que fue inmediatamente descartada, ya que la teoría médica dominante consideraba que la fiebre amarilla se transmitía por la ropa, objetos con los que el enfermo estaba en contacto.
Pero luego de casi dos décadas y un cambio de siglo, no se tuvo avances sobre la enfermedad. Momento en que una Comisión que luchaba contra la fiebre amarilla llegaba de Estados Unidos y corroboró que
la teoría del doctor Finlay Borrés era cierta.
Y es a partir de entonces que en el año 1901 se comienza a trabajar en la
prevención y lucha contra el mosquito “Aedes aegipty”, como causante de la propagación de la enfermedad.
En el año 1955 la CMP estableció celebrar el Día del médico, ya que con el descubrimiento del doctor Finlay Borrés y su persistencia
se salvaron millones de vidas.
En nuestro país se celebra desde hace 61 años, ya que en el año 1956 el Colegio Médico de Córdoba se adhirió a la conmemoración promovida por la CPM y este hecho fue avalado por la Confederación Médica Argentina y el Gobierno Nacional de la República Argentina quien oficializó la fecha de celebración 3 de diciembre por Decreto.