Estados Unidos se retiraría de la Organización Cultural de la ONU (Organización de las Naciones Unidas), la UNESCO dado su sesgo anti israelí, reflejado en las recientes decisiones al nombrar a la Ciudad Vieja del Hebrón como Patrimonio de la Humanidad.

Esta medida también le sirve a los Estados Unidos para ahorrar dinero, el secretario de Estado, Rex Wayne Tillerson asume que pagará las deudas del país con la organización que asciende a 500 millones de dólares, para luego retirarse.

La retirada marcará una aguda escalada entre EE.UU y la organización, que se fundó después de la Segunda Guerra Mundial en orden de promover la colaboración en el campo de la educación y las ciencias. Incluso si se retira, se espera que los Estados Unidos permanezcan en la UNESCO con un estatus de Estado Observador. El enviado estadounidense a la ONU, Nikki Haley, se unió a la decisión afirmando que los EE.UU reexaminarán su relación con la organización, el “voto no es nada bueno”, afirmó.

El primer ministro Biniamín Netanyahu, calificó a la decisión de la UNESCO sobre el Hebrón, como absurda. Asimismo, Netanyahu objetó la determinación de la organización de otorgar la Cueva de los Patriarcas, como un lugar palestino y preguntó ¿quién está enterrado allí?… y respondió: Sara, Rebecca y Leah, las matriarcas.

El Departamento de Estado retrasó el anuncio de la decisión hasta que la directora general actual de la UNESCO, Irina Bokova sea reemplazada. Los dos principales candidatos a sucederla son la ex ministra francesa de Cultura Judía, Audrey Azoulay y el diplomático de Qatar, Hamad Bin Abdulaziz Al-Kawari.

La última vez que Estados Unidos decidió retirarse de la organización, fue con el presidente Ronald Reagan quien culpó a la administración de corrupción e inclinación política a favor de la Unión Soviética, durante el apogeo de la Guerra Fría. George W. Bush reintegró el país a la UNESCO en el 2002, afirmando que habían atenuado la posición antioccidental y anti israelí.

Seis años atrás, durante la administración de Barak Obama. Estados Unidos recortó más de 80 millones de dólares de la financiación, un quinto del presupuesto total de la organización, en respuesta a la admisión de “Palestina” como miembro, dado que las leyes norteamericanas prohíben la financiación estadounidense a organismos de la ONU que reconocen a Palestina como un Estado. A pesar de esa medida EE.UU sigue siendo prominente en la organización y se reserva el derecho de voto en la Junta Ejecutivo de la UNESCO.