La mujer violada durante 20 años por su padrastro relató los ataques sexuales a los que fue sometida
SANTIAGO DEL ESTERO.- Llegar a Conchayoj, el paraje donde vive la mujer que durante más de 20 años fue violada por su padrastro, no es sencillo, aun más en esta época del año en que la falta de lluvias convierte los caminos en verdaderas trampas. Allí vive esta mujer cuyo caso conmovió a la sociedad santiagueña una vez que fue revelado por el diario local El Liberal. Allí tuvo diez hijos, producto de aquellos interminables abusos.
En ese paraje seco en extremo esta mujer -cuya identidad se mantiene en reserva- dijo a LA NACION: "Mis hijos que están en Buenos Aires me llamaron preguntando si era yo la que aparecía en los diarios, y les dije que sí. Me dicen que siga adelante y que ellos me apoyan". Se refriega las manos y mira hacia abajo al hablar, porque asegura que siente una profunda "vergüenza" por lo vivido.
La noticia fue conmocionante. Durante más de 20 años fue sometida y violada por su padrastro, ahora detenido por orden de la jueza Rosa Falco acusado de los delitos de "abuso sexual gravemente ultrajante con acceso carnal".
"A los 11 años empezó a violarme. Él llegaba del trabajo, tomaba, me daba latigazos y me violaba. A los 13 quedé embarazada y a los 14 nació mi primer hijo", relató. Dos de sus diez hijos fallecieron, uno a los pocos meses de haber nacido y el otro, con nueve años.
Los silencios se hacen prolongados y su mirada se pierde en la vegetación. "Por ese camino me llevaba [señalaba una suerte de picada que se adentra en el monte] cuando él iba al obraje. No me dejaba sola nunca, quería que lo acompañara. A mi mami también le pegaba y le daba latigazos. Me hizo dejar la escuela y no sé leer ni escribir. Tenía miedo de que le contara a mi maestra las cosas que me hacía", relató.
La víctima, junto a su madre y una hermana, se presentó en los tribunales y radicó la denuncia en la oficina de protección ante la violencia de género y familiar. "Tengo miedo, ahora estoy muy sola y la familia de él es muy violenta: por ahí me quieren hacer algo...", dijo.
Sus manos, quebradas por el frío, la tierra, el dolor y los trabajos de cortar y juntar leña, no parecen las de una mujer de 35 años. La vida ha sido cruel con ella y su rostro apesadumbrado no disimula tanto pesar. "A los chicos los saqué de la escuela por las burlas", confesó. Y se detuvo: las lágrimas no la dejaban avanzar. Pero como pudo, entre sollozos, explicó: "A los chicos les preguntaban y les hacían burla porque tenían la misma edad que los hijos que mi mamá tenía con él", su padrastro.
Aún conserva algunas marcas en su espalda de los latigazos que recibía de su opresor, los cuales eran seguidos de violaciones.
La jueza Falco, en tanto, aseguró a LA NACION que se realizarán una serie de peritajes y que se le tomará declaración indagatoria al detenido esta semana. Explicó que tanto la víctima principal como la madre relataron que vivían amenazadas por el hombre que ahora está tras las rejas.