Federico Andahazi habló acerca de la humanidad de este líder, más allá del bronce. Un ser que conocía a sus soldados, que sufrió toda su vida por la muerte de Cabral, que amó y luchó por sus ideales más profundos.
Escuchá la columna de Mabel Sánchez con Federico Andahazi
Federico Andahazi, psicólogo y escritor argentino dialogó con Mabel Sánchez acerca de la vida de San Martín, que se retrata en distintos pasajes en su último libro “El Equilibrista”.
“Obviamente que es un personaje crucial no sólo de Argentina sino de América del sur, a mí más allá de la gesta que llevó adelante me gusta respetar eso que se pierde en el baño de bronce. Era una persona muy sensible, le gustaba la poesía, era muy buen guitarrista, mantenía el alma de la fiesta, y con ese espíritu mantenía la moral de la tropa, era muy querido por sus soldados” manifiesta Andahazi.
En el Equilibrista, el escritor buscar centrarse en la dimensión humana de San Martín que muchas veces se pierde en el afán de homenajear el bronce.
“Hay una imagen que a mí me conmueve, en su vejez, en sus últimos días en Francia, jamás se perdonó la muerte de Cabral, que no era un sargento, sino un soldado muy joven, hijo de una india y un negro, era zambo, a quien le tenía mucho cariño porque conocía a todos los soldados de su tropa.
Investigando me encontré con unos dibujos y unos mapas donde imagina cómo sería el esquema de la batalla de San Lorenzo, eso lo dibuja con cierto remordimiento porque no salió como Él quería, sino que fue a cinco leguas río arriba.
Cuando Cabral le salva heroicamente la vida, eso nunca se lo perdona, Él le escribe a la familia de Cabral una carta muy sentida. Caminaba por el Sena y pensaba mucho en ese soldado y dibujaba ese campo de batalla en la arena porque no se perdonaba que la batalla no saliera como imaginó”.
Andahazi contó que en sus últimos años el recuerdo de su tierra correntina era muy fuerte, que hablaba mejor el guaraní que el francés, y su acento era español.
En cuanto a lo sentimental, San Martín tuvo grandes amores, al igual que su mujer Remeditos.
“Todos suponían que tenían una relación con Rosa Campusano, que era muy bonita y muchos veían con sorpresa que ella también tenía romances con los realistas, pero en realidad era una espía porque lo que le sacaba en la cama a los realistas, en la cama se lo contaba a San Martín”.
El escritor comentó que San Martín amaba mucho a su familia y a su esposa y que sufrió por amor y el desengaño. “Fue una relación
muy difícil, Remedios tuvo relaciones con dos soldados mientras Él estaba en campaña. Hay una carta de San Martín desoladora que dice que se sintió engañado por su mujer”.
Andahazi investigó los distintos aspectos de la vida del padre de la Patria y cuenta que físicamente era un hombre atractivo, esbelto, se destacaba, tenía una tez morena, nariz aguileña, contaba con una voz muy grave y era muy versátil. La autoridad la concebía ganando la confianza de su tropa. “Fue un personaje fantástico. Realizó una proeza en un tiempo en donde el mundo era muy extenso, era difícil desplazarse, ir desde el Río de la Plata hasta el Alto Perú, sumado a que tenía asma y muchas heridas, por lo que dependía mucho del opio, sufrió muchísimo”.
Frente al cuestionamiento de Mabel Sánchez acerca de la intelectualidad argentina, Andahazi expresó “Hay intelectuales en Argentina, pero en este momento ha quedado muy dividido, atravesado por la grieta. Es doloroso ver ese campo de la cultura que espero que se empiece a hablar en otro tono en este país”.