El Juez de Familia, Marcelo Molina habló en la Columna de Mabel Sánchez, sobre el caso en que se otorgó la adopción plena de un nene de tres años a la pareja que lo crió desde que tenía 15 días, a pesar de las trabas que imponía el nuevo Código Civil y Comercial.

“El impacto de la noticia fue enorme, se ha hecho un reguero de pólvora, el año pasado sacamos dos fallos similares, en donde las cosas suceden y se contrapone lo decidido al código civil y comercial. A veces la realidad corre por otro lado, son cosas que suceden en las familias”.

A mediados de 2014 el niño fue entregado por su madre biológica que estaba imposibilitada de mantenerlo por su precaria situación económica. La mujer vivía una situación de mucha dificultad y tristeza de acuerdo a lo manifestado por el Juez en Diario Clarín.  El pequeño tenía apenas 15 días y decidió dejarlo bajo el cuidado de unos vecinos a los que conocía desde hacía años. “Era un acto de desprendimiento enorme, de generosidad para con el hijo. ‘Yo no puedo, que lo haga otro’, ése es más o menos el mensaje”, explicó Molina.

Un acta, avalada por la Dirección Provincial de Niñez de Santa Fe, dejó constancia del trámite avalado por las dos familias. El juez Molina estudio el caso de las familias, asentadas en un barrio trabajador y humilde. “Cuando se llegó a la audiencia, no era un expediente de adopción, relación filial, no hay ninguna guarda. Se hace una audiencia con el chico,  los padres biológicos, la cuidadora, afuera estaba la pareja de la mujer, un hombre muy humilde, muy respetuoso, el nene estaba dibujando y no hablaba con nadie, cuando entró este hombre, el nene le sonrió y le dijo `papá´” relató el juez de familia, quien enfantizó “Hay que escuchar al niño”.

Marcelo Molina le expresó a Mabel Sánchez hay una  gran vulneración de derechos a los que son sometidos los niños, “la adopción es una de las salidas, el problema que tenemos es que la adopción no es burocrática, es compleja porque la problemática de la niñez es compleja. El registro del adoptante es lento, pero no es burocrático”.

Además remarcó que hay muchos casos de chicos con derechos vulnerados en las distintas clases sociales. “El poder judicial es parte de los poderes y tenemos responsabilidades distintas, nosotros no podemos mirar al costado, para un juez de familia la realidad manda, la vida va delante de las normas. En este caso había una familia de trabajadores, una relación de conocimiento, no hay ilícito, cómo voy a hacer privilegiar el código civil y comercial sobre el derecho del niño”.

Este juez de familia que dejó su función para asumir una nueva tarea contó que la escucha de los chicos emociona, “te marcan el camino, encuentran soluciones, los chicos te dicen te equivocaste, la niña que me dijo cuánto tiempo es un tiempito, el chico que me dibujó el escudo de la selección cuando hice una broma de Newell´s y Central, el adolescente con 15 años que me dijo que su vida estaba acabada, hace unos días una pequeñita de 16 años nos dio una lección, un chiquito que me dijo cuándo vas a decir caso cerrado, todos te enseñan, hay que escucharlos”.
 
Mabel Sánchez 
Foto: Diario Clarín