Muchas personas, varias ciudades y gran fuerza de voluntad. En eso se resume la vida de Ana Daza, una mujer oriunda de Sampacho que logró recibirse de enfermera en la Universidad Nacional de Río Cuarto (UNRC) gracias al programa especial para mayores de 25, destinado a aquellas personas que quieran realizar una carrera de estudio superior y no hayan cursado el colegio secundario.
“Mi sueño siempre fue ser enfermera. Lo decía desde que tenía 10 años”, cuenta Ana a
LV16. Tras trabajar en Coronel Moldes, Bulnes y Sampacho, hoy vive en Río Cuarto y es madre de cuatro hijos.
Ella relata que al terminar el colegio primario, por problemas económicos sus padres no pudieron enviarla al secundario de Sampacho. A los 16 años, hizo pareja y se fue a vivir a Bulnes, donde trabajó 9 años en un jardín de infantes haciendo tareas de maestranza.
Al tiempo, también comenzó a trabajar como cuidadora de una señora mayor. Afortunadamente. Un día se cruzó con un folleto de la UNRC donde publicitaban la carrera de auxiliar de enfermería. Sin embargo, el escollo principal era que se cursaba los sábados, días donde Ana debía cuidar a “la nona”, como suele llamarla.
Pero allí es donde su patrona, dueña de una fotocopiadora, tomó protagonismo. Para que Ana pudiera cursar y estudiar la carrera, decidió dejar de abrir su local los sábados y ocuparse de “la nona” durante esos días, liberando así a su compañera de la responsabilidad y que pueda cumplir su sueño de ser enfermera.
Tras tres años de estudio, finalmente Ana Daza se recibió de auxiliar de enfermería en la UNRC. Hoy en días, sus objetivos no terminaron. Desea hacer la licenciatura y continuar especializándose en la carrera de su vida.