El asma es una enfermedad inflamatoria crónica de las vías aéreas. Es muy común, ya que lo padece el 15 por ciento de la población, y se caracteriza por una inflamación más a o menos reversible en interior de bronquios que se da ante diferentes circunstancias o sustancias del medio ambiente.

Las doctoras María Eugenia Dave y Carolina Cappelletti de Instituto Médico Río Cuarto, explicaron que el asma se manifiesta con ahogo o dificultad para respirar, tos, silbidos en el pecho, opresión o sensación que el pecho está cerrado, etc.

El asma se da por una predisposición genética, y al entrar en contacto con distintas sustancias provocan la inflamación en los bronquios, y se desencadena. Pero existen factores predisponentes para que la persona asmática sufra una crisis, por ejemplo, la inhalación de humo, las infecciones respiratorias, el ejercicio físico, las condiciones climáticas, etc.

Las doctoras explicaron que no todos los casos de asma son iguales, sino que se clasifican según la gravedad, la intensidad de los síntomas, la necesidad de usar determinada medicación, etc.

Para tratar y controlar el asma, se usan dos tipos de medicamentos, los broncodilatadores para una crisis, o los medicamentos preventivos que se deben usar a diario y que disminuyen la inflamación de los bronquios.

Las especialistas aseguraron que el asma no se cura, pero se controla perfectamente con medicación, y le permiten a cualquier persona asmática disfrutar de una vida normal.