A pesar de la derrota de Vietnam, el empate de Estados Unidos y Arabia Saudita condenó al equipo nacional, que no pudo pasar de fase como uno de los mejores terceros. Otra decepción en juveniles.
La selección argentina había quedado muy condicionada luego de las dos derrotas (0-3 ante Inglaterra y 1-2 frente al anfitrión). La goleada por 5-0 sobre Guinea trajo un poco de esperanza, pero quedaba claro que el equipo dirigido por Claudio Úbeda ya no dependía de sí mismo, sino de una combinación de resultados para ingresar entre los cuatro mejores terceros. Esa combinación no llegó.
El sábado, el empate 2-2 entre Italia y Japón no ayudó, con un resultado que favoreció al conjunto asiático, tercero en el Grupo D con 4 puntos (uno más que la Argentina).
Alemania, con 4 puntos en el Grupo B, ya tenía su boleto asegurado en octavos como tercero. Y por el Grupo C, Costa Rica le ganó 1-0 a Zambia y así llegó a cuatro puntos, uno más que el seleccionado de nuestro país. Así, quedaba un solo lugar disponible. Para conseguirlo, la Argentina necesitaba que Vietnam no le ganara a Honduras, en el Grupo E, y que Estados Unidos superara a Arabia Saudita en el cierre del Grupo F.
La derrota de Vietnam (los hondureños los vencieron 2-0), a primera hora del domingo, le dio al equipo nacional una luz de esperanza, que creció cuando Estados Unidos se puso en ventaja ante los árabes. Pero, al final, el gol de Am Amri puso el 1-1 definitivo y selló la clasificación de Arabia Saudita y la consiguiente eliminación argentina en primera ronda.
Lo mismo, al cabo, que ocurrió hace dos años en Nueva Zelanda, cuando el equipo nacional (entonces dirigido por Humberto Grondona) no superó la fase de clasificación.