La nueva droga Repatha recientemente testeada para el tratamiento del colesterol comenzó a desarrollarse en 2013, con la esperanza de que fuera una solución para los pacientes que tienen el colesterol LDL elevado y no responden a los tratamientos disponibles: principalmente cumplir con una dieta, hacer actividad física y el suministro de las estatinas. Sin embargo, de la euforia inicial se pasó a una mirada un poco más cauta. “Uno de los laboratorios que fue de los que inició el desarrollo de esta droga (Pfizer) lo dejó de lado en noviembre del año pasado, porque bajaba el colesterol pero producía acostumbramiento. No veían muchos buenos resultados y con el tiempo había que aumentar la dosis”, explica el doctor Roberto Peidro, presidente de la Fundación Cardiológica Argentina. “Hay líneas de investigación que siguen pensando que puede servir para pacientes de muy alto riesgo, lo que reduciría un poco la cantidad de gente que podría recibirlo”, agrega.
El doctor Daniel Berrocal, presidente de la Sociedad Argentina de Cardiología coincide. “Se están buscando alternativas de tratamiento para el colesterol malo, sobre todo para eliminar algunos efectos colaterales como por ejemplo los casos de pacientes que si toman estatinas no logran manejar su diabetes. Sin embargo, los resultados iniciales de esta droga no parecen tan promisorios como se pensaban en un principio”, acotó el doctor Daniel Berrocal, presidente de la Sociedad Argentina de Cardiología. También señala que en el estudio todos los participantes estaban tomando estatinas, por lo que tampoco se puede saber si las pueden llegar a reemplazar, para los casos de pacientes que no pueden tolerarlas, por distintas razones. “Creo que es un reporte precoz y que necesita mayor tiempo de seguimiento antes de hablar de un efecto para los pacientes”, apuntó.
“Esta droga utiliza anticuerpos monoclonales, que funcionan atacando una proteína que es la que genera que aumente el colesterol LDL, y como todo producto, no son anticuerpos de origen humano, por lo que pueden generar una respuesta autoinmune, con lo que la droga pierde su efecto”, explica Berrocal.
Fuente: Clarín