El calendario, es sin dudas una de las herencias más misteriosas y conocidas de nuestra cultura americana y el màs exacto. La primera fecha de la que data este calendario, es del 11 de agosto de 3114 ac del calendario gregoriano. Nacido de la tribu tolteca y heredado a los Mayas para darle continuidad. Dentro de las ciudades mayas tenían la misma importancia los templos y los observatorios, donde ellos miraban al cielo y literalmente lo leían, así escribieron con glifos sobre piedras, lo que también se llama reloj de piedra o brújula galáctica.
Esta brújula nos alinea directamente con el sol, la luna, la estrella Sirio, Venus y el gran Sol Central de la Galaxia, al que ellos llamaban HUNABKU. A este calendario lo acompaña un génesis lleno de colores y poesías, que ilustran la creación y evolución de la humanidad.
Quizás uno de los poderes de este calendario es que siempre nos hace (desde su forma circular) recordar el pasado para ver el futuro. Es como ejercitar la memoria del alma.
Nos llena de recuerdos, para anticiparnos sucesos, que no nos tomen por sorpresa. Para estar atentos y cautos.
Además llevaba la cuenta de los días, del sol y de la luna simultáneamente.
El calendario sagrado (o
Tzolkin), está formado por ciclos de 260 días divididos en 20 ciclos de 13 dìas. Su nombre maya significa “el orden de los días”, Tzol= cuenta y Kin= día. Tenía una función religiosa, ya que servía para poner fecha a actos ceremoniales de la cultura maya. Pero también se usaba para calcular el período de las lluvias, saber cuales eran los momentos más propicios para cazar y pescar, e incluso para predecir el futuro de las personas según la fecha de su nacimiento.
El calendario solar o Habb calcula el tiempo del recorrido que hace la Tierra alrededor del Sol. Divide los 365 días del año en 18 meses (
Winal), de 20 días cada uno. Los 5 días restantes (
Wayeb), son días que se reservaban para ceremonias de purificación y limpieza. Se le llama
rueda calendárica a un ciclo de 52 años que se mide combinando de forma simultánea los calendarios
Tzolkin y
Haab.
En la actualidad es una herramienta que abre portales a información sagrada, que nos llevará a la lectura del alma, sacàndonos de las estructuras del tiempo lineal, con pasado, presente y futuro. Nos acerca a una mirada del tiempo, circular y ascendente para recordarnos que estamos en constante evolución. Este es un paradigma nuevo para nosotros en mediciòn de tiempo. Por cada amanecer descienden juntos el sol y un dios maya, para refrescarnos la misión, voluntad y servicio; y de esta forma aprender que experiència humana, es una visita de nuestra alma a la tierra, y que somos todos viajeros en este Universo.
Laura Mazzoni