En el año 1972, un niño perteneciente a la familia Ventura-González murió en un accidente de tránsito en la localidad uruguaya de Salto. En el Cementerio Central de esa ciudad, se respetó una vieja costumbre que permitía que los cuerpos de los menores pudieran descansar eternamente en los panteones familiares sin necesidad de enterrarlos.   

44 años después, un grupo de estudiantes del Licero 2 "Antonio Grompone" fueron a visitar el cementerio, convertido en patrimonio cultural de la ciudad. Acompañados por el profesor de historia, José Buslón, sacaron distintas fotos del lugar para realizar un trabajo. 

Sin embargo, al volver a su casa, una de las alumnas se sorprendió al descubrir la escalofriante imagen de un niño detrás de la cortina de ese pantéon. El pequeño parecía vestido con un pantalón negro y camisa beige y mirando hacia afuera a través del vidrio de la puerta. 

La imagen se viralizó por todo Uruguay obligando a un equipo del Canal 12 de Uruguay, encabezado por el periodista Guillermo Lockhart, a viajar al lugar para conocer más de el "niño fantasma". Allí realizó varias entrevistas e intentó conectarse con la familia, pero las dos hermanas vivas habían nacido después del fallecimiento del nene. 

Mientras tanto, el profesor Buslón y sus alumnos continuaron investigando y comprobaron que el accidente había ocurrido y consiguieron hasta la partida de nacimiento del niño. Además, descubireron en los registros del cementerio que el cuerpo del pequeño había sido trasladado hace años del panteón familiar. Toda la historia integró el libro "Voces Anónimas" que el periodista publicó hace unos meses. 

Sin embargo, desde la familia del niño se molestaron y enviaron un telegrama al profesor advirtiéndole que estaba "prohibido hablar del asunto". Eso no fue todo. Hace una semana, Buslón recibió una citación judicial, donde las dos hermanas del niño lo demandan en 900 mil dólares por haber hecho explotación de la imagen familiar sin su autorización.