En una comunicación exclusiva con el Director de la Fundación para la Cultura, Fernando Sassatelli, habló para La Vuelta del Perro, conducido por Marcelo Arbillaga donde se dio la noticia de un importante descubrimiento paleontológico para Río Cuarto y la región.
Sassatelli destacó el trabajo mancomunado de la gente del Edecom, empleados municipales, de la cultura, del museo de Villa María que desarrollaron una tarea responsable al observar que estaban frente a restos de gran valor arqueológico y paleontológico.
El día 23 de noviembre un grupo de empleados municipales de EDECOM, compuesto por Darío Iriosola, Ángel Heredia y Juan Coria, observaron restos óseos de gran antigüedad y le dieron aviso del hallazgo al Profesor Fernando Sassatelli del área de Cultura de la Municipalidad de Río Cuarto, quien a su vez se comunicó con Adan Tauber, responsable del Museo Provincial de Ciencias Naturales de la Provincia de Córdoba, quien también habló para Radio Río Cuarto explicando sobre la trascendencia de estos restos encontrados.
Importancia del hallazgo
De acuerdo con las observaciones preliminares realizadas en la nueva localidad fosilífera, se pudo constatar la presencia de sedimentos de origen fluvial, es decir depositados por el antiguo “Río Cuarto”, durante una etapa relativamente húmeda que habría comenzado hace unos 52.000 años antes del presente. Estos sedimentos contienen una cantidad poco frecuente de restos óseos de los grandes mamíferos que habitaron en la región del Río Cuatro. Este tipo de depósitos son denominados por los paleontólogos y geólogos como “conglomerados osíferos”. Los mamíferos registrados en este nuevo sitio paleontológico se extinguieron hace unos 8.500 años antes del presente, por lo tanto la edad de este yacimiento sería entre 52.000 y 8.500 años antes del presente.
Alan Tauber manifestó en La Vuelta del Perro “la región de Río Cuarto es una zona rica de restos fósiles y afortunadamente ha habido muy buenos resultados,. Visitamos un sitio nuevo paleontológico y estamos analizando los primeros resultados, es un sitio interesante, un conglomerado osífero, rico en restos fósiles, en un área pequeña encontramos varios restos fosiles de cuatro especies distintas.
Esta fauna se extinguió unos 8.500 años atrás, por el tipo de sedimentos son de un rango de 50 mil a 8.500 años atrás”.
El sitio donde fueron encontrados los restos tiene un tamaño de 15 a 20 metros, por lo que a partir del análisis de estos cuatro grandes mamíferos se puede ampliar el espectro para explorar, por lo que en los próximos días se realizará una campaña con colegas de distintos ámbitos para explorar y extraer el material, con análisis de los huesos, de los sedimentos y para analizar el contexto donde está”.
La investigación de este yacimiento nos permitirá ampliar nuestro conocimiento sobre las variaciones climáticas y ambientales de los últimos miles de años.
De esta manera se pudo determinar en forma preliminar, la presencia de cuatro especies de mamíferos.
Fósiles encontrados
Glyptodon es uno de los gliptodontes más populares ya que se lo conoce desde mediados del siglo XVIII. Era un animal acorazado, su caparazón es grueso, con placas ornamentadas con un característico dibujo en forma de rosetas. La cola está protegida por varios anillos móviles, con diámetros más pequeños hacia la punta y, además tenía placas óseas que resguardaban la panza, a diferencia de otros gliptodontes, según algunos interesantes hallazgos producidos en nuestra provincia. Por la forma de la cabeza, tipo de musculatura y sus dientes que crecían continuamente, los paleontólogos piensan que debió alimentarse de hierbas, viviendo en ambientes con pastizales de clima templado a frío. La especie más corpulenta de estos gliptodontes (
G. clavipes), superaba los 1.500 kilogramos.
Los restos de
Glyptodon recolectados hasta el presente son muy abundantes, especialmente en la provincia de Córdoba, siendo uno de los mamíferos fósiles más característicos de la megafauna del Cuaternario. Los fósiles más recientes de
Glyptodon se encontraron en sitios arqueológicos, a veces agrupados con restos humanos. Uno de ellos fue una placa del caparazón, empleada como amuleto en un ajuar funerario de un niño, procedente de la provincia de Buenos Aires.
PEREZOSOS TERRESTRES SUDAMERICANOS
Megatherium fue el perezoso más grande y uno de los mamíferos terrestres de mayor talla de América del Sur (como un elefante), con más de cinco metros de largo y 5 a 6 toneladas. El cuerpo era muy robusto, cabeza pequeña, las extremidades y la cola fuertes y dotados de uñas muy desarrolladas, siendo sus brazos más largos que las patas traseras. Las manos tenían tres garras de gran tamaño en los tres dedos del medio, que probablemente les servían para defenderse y alimentarse. Este mamífero se habría alimentado esencialmente de ramas, hojas de árboles y arbustos y hierbas, como los demás grandes perezosos terrestres, aunque algunos investigadores piensan que probablemente pudo tener una dieta carnívora o carroñera. La presencia de arbustos y hierbas en su dieta pudo comprobarse mediante el hallazgo de heces (material fecal o coprolito) atribuidas a
Megatherium, en la provincia de Catamarca.
Este animal también se conoce por varias rastrilladas de huellas que se descubrieron en Pehuén-Có, provincia de Buenos Aires, junto a otras pisadas de aves, guanacos, ciervos, pumas, mastodontes, gliptodontes y macrauchenias. Estos rastros permitieron interpretar que
Megatherium caminaba en dos patas (bípedo) y ocasionalmente se desplazaba en cuatro patas. Este perezoso coexistió con los antiguos habitantes humanos de Argentina, extinguiéndose unos 8.500 años antes del presente.
Scelidotherium era un perezoso emparentado con
Megatherium, pero de menor talla. En la parte anterior de la boca no tienen dientes, éstos son pocos y poseen formas de molares, estando bien adaptados para poder triturar los alimentos. Por tal motivo, la lengua debió ser muy larga y la habría utilizado para cortar los vegetales para alimentarse. Las formas de los huesos de sus largos brazos indican que tenían mucha fuerza y los dedos segundos y terceros de las grandes manos están muy desarrollados y poseían garras muy desarrolladas y poco curvadas. Estas formas de los brazos, las manos y sus uñas sugieren que era un animal que tenía la capacidad de cavar madrigueras que utilizaba para habitar, de la misma manera que lo habrían hecho otros grandes perezosos emparentados cercanamente con
“Scelidodon”. En varias localidades de nuestra provincia se hallaron grandes cuevas (hasta 15 m de longitud y dos metros de diámetro), hoy mayoritariamente rellenadas por sedimentos, que podemos atribuir a estos perezosos. Igualmente que otros miembros del grupo, probablemente habitó en áreas abiertas de pastizales y arbustos.
Paleolama era un mamífero del grupo de los camélidos, es decir era pariente y antecesor de los guanacos y vicuñas actuales; sin embargo difieren de estos últimos mamíferos por su mayor tamaño. Estos mamíferos habrían vivido en comunidades de varios individuos y sus dieta habría estado compuesta por hierbas y hojas tiernas de los árboles y arbustos.
La Vuelta del Perro