Hoy jueves en la Cámara de Diputados se aprobó con media sanción el proyecto que permite el uso de cannabis para fines medicinales. La diputada nacional por Córdoba, Brenda Austin, quién reemplaza en la banca al fallecido Gerardo Bellocq, comentó sobre el proceso que llevó la aprobación de este proyecto y sobre los puntos en los cuales se centra la regulación.
 
Austin señaló que ayer, el Congreso de la Nación dio un paso histórico en un tema que era deuda pendiente en este país, para avanzar en la regulación del cannabis medicinal. Destacó que la evidencia científica empieza a mostrar cómo el aceite de cannabis y sus derivados pueden ser utilizados para el tratamiento de diversas enfermedades, como la epilepsia refractaria, lupus, autismo, migraña, y el tratamiento paliativo del dolor en el caso del cáncer, glaucoma, esclerosis múltiple, entre otras.
 
“Estas son algunas de las tantas enfermedades en las que, hoy, se utiliza el cannabis medicinal, pero que se hacía a espaldas del Estado”, remarcó la diputada, quien advirtió que los usuarios y sus familias corrían riesgo de la penalización de estupefacientes.
 
Informó que el proyecto regula en 2 cuestiones: la permisión y autorización del uso de cannabis para el tratamiento de estas enfermedades, pero también, la colocación del Estado como responsable de la provisión gratuita del aceite de cannabis y sus derivados.
 
La diputaba indicó que las familias o pacientes que necesiten de la utilización de estos medicamentos, se inscribirán en un registro para formar parte del programa, donde podrán tener acceso de manera gratuita a este aceite. Manifestó que en algunos casos es importado, pero cuando esté en condiciones el Estado, será producido en la República Argentina a través del sistema científico y tecnológico, como el INTA y el CONICEF.
 
“Lo primero es buscar una regulación y una resolución para, el día de mañana, aquellas personas que necesiten y quieran el tratamiento de estas enfermedades”, declaró Austin, agregando que los recursos actuales (el aceite de cannabis y sus derivados) son importados porque la producción en Argentina estaba prohibida.
 
“No solamente se prohibía la comercialización y el uso sino también la investigación científica, con lo cual, poco favor le hacemos a la conducción de conocimiento científico que permita avanzar en esta materia”, consideró, y señaló que esta ley brindará un “paraguas” en donde las herramientas que tendrá el Estado serán por un lado la importación del aceite de cannabis y derivados como parches, cremas, y por el otro, el avance en las propias plantaciones para que el Estado sea productor.
 
Con respecto al auto cultivo o cultivo solidario, sostuvo que fue lo que más se debatió. “Comenzamos a discutir cinco propuestas distintas de cómo abordar la ley atravesada entre otras cosas por el tema del auto cultivo y cultivo solidario”, destacó la funcionaria, manifestando que fruto del intenso debate y negociaciones en el interior de los bloques, se logró sacar la ley por una unanimidad.

“Eso refleja que este tema encontró alguna regulación pero quizás no, la autorización del auto cultivo y cultivos solidario, pero sí, al crear un registro que brinde la posibilidad a los pacientes y sus familias quedar exceptuados de la ley de estupefacientes”, expresó.
 
Aún falta la aprobación del Senado de la Nación y Austin manifiesta que la medida debe ser aprobada ya que está en juego el derecho a la salud y la necesidad de pensar en una política criminal que deje de perseguir a los usuarios medicinales y se focalice en las estructuras reales del narcotráfico. “Ese es el desafío grande que tiene Argentina”, completó.

Informe 16