En un escenario de noticias bajistas los precios obtienen sustento con los pronósticos de una probabilidad que las lluvias sean mayores a la media en épocas de cosecha en Estados Unidos, esto empieza a demorar la llegada de mercadería a los compradores en el hemisferio norte. Si bien los números no son alarmantes muestran menores porcentajes que años anteriores para esta época del año.

La noticia también genera una incertidumbre en cuanto a la calidad de los cultivos que podría impactar en los precios.

En general las malas noticias para los precios encuentran fundamentos concretos, a diferencia que una súbita recuperación de las cotizaciones se basa en la probabilidad de un cambio en las condiciones del comportamiento del tiempo.

Una prueba concreta de lo enunciado, es que bastó un rumor, una escasa probabilidad que las lluvias en el hemisferio norte fueran menores al promedio en el inicio de Campaña de Estados Unidos para que los precios de los granos mejoren y se mantengan por unos cuantos meses.

Ahora estamos cada vez más cerca de enfrentarnos con la cruda realidad, los números definitivos de producción en el hemisferio norte, donde Estados Unidos se consolida como el indiscutido número uno de producción de maíz y soja. Las mermas en calidad y cantidad tendrán que ser enormes para provocar una reacción alcista en los precios, todo parece indicar que cuando desaparezcan las preocupaciones los precios entrarán en una tensa calma hasta tanto se comiencen a desarrollar los cultivos en el hemisferio sur; con mayor incidencia en las cotizaciones de la soja que el maíz.

En Argentina los productores están “recalculando” porque la rentabilidad del maíz para la próxima campaña, teniendo en cuenta los precios de los mercados de futuros, muestran como un claro ganador al cultivo de soja en Resultados económicos en detrimento del cereal. En síntesis se pone en duda la magnitud del anunciado aumento de superficies pronosticado.

Los factores coyunturales, de corto plazo, causaron algún impacto sobre los precios y los especuladores lo están aprovechando para armar y desarmar posiciones, elevando la volatilidad del mercado, encareciendo el costo de las primas de las opciones por ende los costos de las coberturas. Los productores que se transformaron en meros observadores de estos fenómenos se enfrentan a menores rentabilidades proyectadas, elevados costos y la frutilla del postre son los anuncios que no se bajaran las retenciones de la soja, cosa que está plasmada en el Presupuesto para el 2017.

Los factores estructurales, de Largo Plazo, solo están aletargados pero irremediablemente en algún momento aparecerán y traerán la anunciada calma a los precios de los granos; solo algo que el hombre no puede manejar como el comportamiento del tiempo puede ayudar a mejorar los precios, o al menos otorgarle sustento, porque la demanda global si bien se encuentra firme no genera preocupaciones a estos niveles de producción para pensar en una escasez en la oferta.
 
Juan Vasquetto