Uno de los principales problemas que tienen muchas personas con sobrepeso cuando están intentando cambiar de hábitos es el autocontrol (capacidad de dominio sobre uno mismo), o mejor dicho la falta de autocontrol. En los casos más graves se producen atracones, lo que puede llevar a la frustración por no ser capaz de alcanzar los objetivos deseados.
Lo que pasa es que, cuando se te antoja comer algo, tu cerebro genera dopamina, lo que hace que te sientas bien, hormona de recompensa, pero a la vez genera hormonas estresantes cortisol, que hace que sientas la necesidad inmediata de comer lo que quieres. La comida disminuye los niveles de cortisol. Esto es lo que hace que nos sea difícil controlar estos deseos, en realidad no querés comida, queremos bajar los niveles de esa hormona cortisol, queremos neutralidad psíquica por así decirlo.
El problema empieza cuando lo que se te antoja comer, no te lo quieres comer (o no deberías), entonces si lo comes, inicialmente te sentirás bien, pero lo más seguro es que después aparezca la culpa y te sientas mal.
"El famoso círculo emocional pasar del no me lo como a me lo como todo (atracón) y luego sentimiento de culpa".
Antes de seguir quiero darte un consejo: No solo comemos por nutrición sino por placer así que si no puedes controlarlo, al menos ¡disfrútalo!.
Hay momentos en los que se pierde el control sobre la comida y no somos capaces de elegir lo que debemos comer, es como si la comida tuviera el control sobre nosotros y no al revés.
Lo primero que hay que hacer para poner solución a este problema es conocerlo, ¡hay que conocer qué es comer por hambre emocional!.
Analiza de forma detallada las situaciones de pérdida de control, lo que está pasando en nuestra cabeza y a nuestro alrededor, hace la prueba tomate 10 minutos antes de arrasar con ese alimento.
Hay que aprender a identificar las señales de hambre y saciedad,
Si no eres capaz de controlar el tipo de comida, intenta controlar la cantidad separando sólo lo que te vas a comer, evitando comer directamente del envase.
Otra de las opciones para controlar estos momentos de debilidad es hacer alguna actividad incompatible con comer, un baño relajante, leer un libro, salir a pasear... El objetivo sería encontrar una actividad que sea placentera y pueda sustituir el momento de picoteo.
¡la mente tiene que ser más fuerte que el estómago! Hay momentos especialmente críticos, para la mayoría, uno de estos momentos es cuando se está cocinando. Para evitar que pase esto, puedes intentar regular las horas de las comidas para no estar cocinando oyendo tus tripas. Piensa que en unos minutos vas a comer,
Otra de las técnicas que puede ayudar a controlar tus deseos de comer es aprender técnicas de relajación, ya que los atracones van de la mano con la ansiedad.
Lo más importante que hay que tener en cuenta del autocontrol es que lo que hacemos es posponer una recompensa inmediata (comer ahora ya lo que se me antoja) por una mayor recompensa futura (conseguir cambiar de hábitos).