El Ciclón goleó por 3-0 a la Academia como visitante y alimentó el sueño de pelear por el título. Cauteruccio, Cetto y Villalba fueron los goleadores
San Lorenzo goleó esta noche a Racing por 3-0 y quedó puntero del torneo Inicial, con seis unidades, tras jugar su partido de la segunda fecha a puertas cerradas en el Cilindro. El encuentro se jugó a puertas cerradas debido a la sanción que pesa sobre el club de Avellaneda por los excesos en las bromas por el descenso de Independiente.
En la antesala del partido y luego de un debut opaco, Pizzi había advertido que el esquema y la idea de juego no se iban a alterar. Y esta noche, a diferencia de aquel duelo con Olimpo, sí se pudo visualizar con mayor nitidez lo que propone San Lorenzo. Mercier y Ortigoza tomaron por asalto el mediocampo y fueron la plataforma para la construcción de juego, donde Romagnoli y Piatti aportaron mucho.
El fruto del mejor trabajo del Ciclón llegó a los 20 minutos de juego, cuando Piatti tocó para Cauteruccio y éste clavó un golazo en el ángulo de Saja. Tercer gol consecutivo para el charrúa, que venía de debut con un doblete en el Nuevo Gasómetro. La Academia, más allá de un tibio entusiasmo inicial, nunca pudo activar su arma letal (el cambio de ritmo) ni tampoco resolver el problema de la soledad de Vietto en el primer tiempo.
La actitud de Racing mejoró en el amanecer del complemento, pero la ambición ofensiva no se tradujo en claridad futbolística. Así, los avances de Centurión, De Paul y los ingresados Viola y Regueiro no pudieron prosperar debido al exceso de individualismo y vértigo. Mientras tanto, San Lorenzo coqueteó con el segundo con Cauteruccio (estrelló la pelota en el palo) y finalmente logró ampliar la diferencia con el gol de cabeza de Cetto.
La conquista del defensor azulgrana pareció bajarle la persiana al clásico sin gente. Racing bajó los brazos y, enseguida, recibió el tercer cachetazo de la mano del desequilibrante Villalba. Pizzi cambió a los enlaces cansados (Romagnoli y Correa) por los frescos Buffarini y Ruiz, mientras que Zubeldía buscó evitar algo peor y mandó a Battaglia por Centurión.
En el cierre, el local exigió un poco a Alvarez por orgullo, pero lejos estuvo de soñar con una levantada heroica. El Ciclón aún debe resolver ciertos desacoples defensivos que hoy no le costaron goles, aunque sí pueden costar caros en el futuro. El duelo se extinguió entre la ilusión de San Lorenzo y la preocupación de Racing.