"Para mí es impresionante el hecho de que podemos estar completamente preocupados por la apariencia de nuestro propio cuerpo al mismo tiempo que estamos completamente desconectados de él". -- Jon Kabat-Zinn
Hace pocos días una persona me escribió preguntándome por la fórmula para adelgazar cuando reconoce que no tiene ni ganas ni voluntad para hacerlo.
“Tengo un sobrepeso de muchos, muchos kilos. Siempre fui obesa, desde chica. Hace 20 años cuando quería bajar de peso hacía dieta y como estaba mentalizada, lo lograba pero al tiempo (años, o pocos meses depende de la ocasión) volvía a subir. Hoy estoy mucho más excedida y el mayor problema que le veo es que algo en mi cabeza no hace el click necesario para hacer dieta o lo que sea de manera convencida, y no como para hacerlo unos pocos días y abandonarlo. No encuentro esa responsabilidad, ese convencimiento en mí. Así que me pregunto para qué hacerlo si al segundo encuentro no voy a seguir yendo. Necesito convencerme y no sé cómo hacerlo. Sé que tengo un sobrepeso que es preocupante, que sería beneficioso para mí hacer algo (o mucho) al respecto pero es como si en mi inconsciente, no me importara. Tal vez me equivoqué, y lo que yo necesito, de alguna manera, es hacer un click en mi cabeza antes, para poder adquirir esas herramientas y utilizarlas”.
Hay dos aspectos a considerar en este relato. Primero que ella no está dispuesta a volver a hacer dieta. ¡Y lo bien que hace! Hacer dieta es un pasaporte al fracaso. La compulsión al comer justamente se da cuando uno se siente frustrado por no poder comer normalmente. Comer normalmente y sin miedo es comer lo que queramos cada vez que tenemos hambre, que NO es todo el tiempo: es cada vez que tenemos hambre verdadero, físico y para eso tenemos que aprender a comer conscientes.
Segundo, ella quiere adelgazar, pero también tiene mucho miedo de no poder hacerlo. Su deseo y sus expectativas son tan grandes, que tiene miedo a fallar nuevamente; por lo que prefiere no animarse. “Lo hago impecable, o mejor no hago nada”, pensamiento blanco y negro. Posiblemente esta exigencia, que para muchas personas es una forma de perfeccionismo, es lo que NO ayuda a que éste famoso “click” aparezca y para ello debo decirles que para CAMBIAR el CUERPO primero tienes que CAMBIAR LA MENTE!!!!!
Los cambios toman tiempo como todo en la vida y en la nutrición no podría ser un tema menor ya que ocupa la mayor parte de nuestro tiempo "alimentarse", para algunos es un fastidio pensar en que comer y para otros es una tarea mucho más fácil y agradable, pero como dice la frase "COCINAR CON AMOR ALIMENTA EL ALMA".
Nos lleva al menos 3 meses cambiar de hábitos y nuestro cuerpo, es más difícil cambiar mentes que todo lo otro, pero en eso trabajo y créanme que no me resignaré.
Nada de esperar milagros en 2 semanas y más si venís de toda una vida comiendo mal y siendo sedentario, paciencia...
✔️ Voluntad: para ver resultados hay que hacer sacrificios y pensar en la satisfacción a largo plazo, obvio que con el ritmo de vida que llevamos no todos planeamos muy a futuro, pero me refiero a manejar los placeres inmediatos y a ser mas conscientes en nuestras elecciones y decisiones "seamos mas inteligentes" resignar una hora de sueño para ir a entrenar o dedicarte tiempo para vos, no comer todo lo que uno quiere que en muchos casos lo hacemos sin pensarlo....hacer buenas elecciones de alimentos o comidas es el primer paso para el cambio.
✔️ Amor propio no te autoboicotees, ni seas tan duro con vos mismo.
✔️ Informarse: tener curiosidad o investigar por sí mismo es una manera de sentirse motivado. No pretendas que te den todo resuelto.
✔️ Oídos sordos no escuches a la gente que te quiere detener o boicotear. Generalmente ellos no pueden lograr sus metas y no quieren que vos lo hagas. Ommmmmmm.
✔️ Disfrutar el camino saludable, divertite probando nuevos ejercicios o actividades de relax, recetas, platos, etc., nada mejor que llegar a tus objetivos pasándola bomba.
"El aprender a comer saludable debe asociarse implícitamente a una emoción positiva”.
El cerebro se familiariza con el tipo de comida y la situación a la que nos exponemos una y otra vez, tanto para los alimentos sanos como para los que no.
Habituarse a que todos los dias haya medialunas accesibles en tu trabajo por ejemplo hace que empiece a formar parte del paisaje habitual y hacemos de ello una ingesta costumbrista, no nos damos cuenta.
Reaprender a alimentarnos debe basarse en los mismos procesos con los que alguna vez aprendimos ciertas conductas o nos familiarizamos con determinados alimentos y situaciones, pero esta vez usándolas a conciencia.
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