Leisha Evans es la protagonista de la imagen, una enfermera de N. York.
Con un vestido largo, sus cosas entre las manos, gafas de sol y... frente a varios policías que la iban a detener. Esta es la imagen del fotógrafo de Reuters Jonathan Bachman que se ha convertido en el símbolo de las protestas contra la violencia policial que desde el jueves pasado vive una gran parte de EEUU.
La muerte de Alan Sterling y Philando Castile, dos ciudadanos negros, a manos de policías ha despertado de nuevo la ira contra la violencia racial. Las manifestaciones, las protestas, las pancartas con frases como "las vidas de los negros importan" han llenado distintas ciudades, entre ellas Baton Rouge (Lousiana).
Y es de allí, con una protesta que se saldó finalmente con 48 detenidos, de donde procede la imagen que ya está dando la vuelta al mundo y que, de momento, se ha coronado como la imagen de esta ira, aunque es sí misma no lo refleje, sino todo lo contrario. En la fotografía se puede ver a una mujer afroamericana, Leisha Evans, que camina y se planta frente a varios policías armados sin nada más que sus objetos personales a la espera de que la detengan.
Según ha contado Bachman al periódico 'The Atlantic', los andisturbios habían detenido a cuatro personas en una de las protestas que se produjeron el sábado. En ese momento, varios manifestantes intentaron romper la línea policial pero no pudieron. La Policía comenzó a detenerlos. Entonces, la cámara de Bachman captó a la mujer que se colocó de pié frente a los policías, sola, y pareciendo decir "vas a tener que venir a por mí".
"No fue violenta, no dijo nada, no se resistió. Al final la Policía la detuvo", explica el fotógrafo. La imagen, símbolo de las protestas no violentas, recuerda a otras fotografías como la tomada por Marc Riboud en la guerra de Vietnam cuando una manifestante, al igual que esta mujer, se colocó frente a policías armados con una flor en la mano, o como la imagen de aquel solitario manifestante que plantó cara a un tanque en Tiananmen.
La imagen corrió como la pólvora por las redes sociales. Los usuarios de Twitter y Facebook compartieron a gran velocidad la imagen de la mujer plantando cara a los policías.
La historia de Leisha es la historia de cualquier ciudadano estadounidense. Madre de un hijo, enfermera con licencia en Nueva York, 28 años, y afroamericana. Leisha había acudido a Baton Rouge para asistir a la primera protesta por la violencia policial porque, según han explicado amigos de ella, tras la muerte de Alan Sterling decidió que quería un futuro mejor para su hijo de cinco años.
"Tiene un corazón hermoso y una vida pacífica. La conozco desde hace 20 años", asegura al diario británico 'The Daily Mail' Natasha Haynes, una de las amigas de Evans.
Superada por la emoción al ver las protestas que se sucedían por el país, Leisha decidió tomar partido. Dejó a su hijo en Nueva York con su padre y viajó a Baton Rouge para participar en una de las manifestaciones más importantes que se habían organizado. Evans fue detenida y puesta en libertad al día siguiente.
"Sólo necesito que la gente sepa lo ocurrido. Aprecio los buenos deseos y el amor pero esta es la obra de Dios. Gloria al más alto. Me alegro de estar viva y segura y que he sido testigo de primera mano", declaro Leisha tras ser puesta en libertad.
La fotografía de Evans recuerda a la de Tess Apslund, la mujer que hace unos meses levantó su puño frente a la cabecera de una manifestación neonazi en Suecia,. "Cuando se tiene nazis marchando en la calle el 1 de mayo, que es importante para demostrar que eso no está bien", afirmó Apslund tras la repercusión de su imagen. Hoy Apslund es Evans.