Se han encontrado preservadas en ámbar en Myanmar y constituyen el primer registro de alas 'completas' de las aves del Cretácico
Hace 99 millones de años, cuando los dinosaurios aún habitaban la Tierra, un pájaro de corta edad y del tamaño de un colibrí tuvo la mala suerte de quedar atrapado para siempre en la pegajosa resina de un árbol. Allí murió. Y allí, en lo que ahora es un pedazo de ámbar, quedó preservado su plumaje y las huellas de sus últimos esfuerzos para salir con vida. Es uno de los dos fósiles de estas características que se han encontrado en Myanmar y que se describen en la revistaNature Communications. Su estudio arrojará luz para comprender cómo los pájaros actuales evolucionaron a partir de los dinosaurios y para conocer más sobre el desarrollo de las alas en estas aves prehistóricas.
Los fósiles, de apenas dos o tres centímetros de longitud, pertenecen a ejemplares de enantiornites, un grupo de aves voladoras y con dientes del Cretácico (desde hace entre 145,5 y 65,5 millones de años) que se extinguió casi al mismo tiempo que los dinosaurios, hace 66 millones de años. "Estas alas preservadas en ámbar proporcionan una oportunidad única de observar estos animales congelados en el tiempo con un nuevo nivel de detalle", explica a EL MUNDO Lida Xing, de la Universidad de Geociencias de China y uno de los investigadores del estudio. Es posible observar diferentes tipos de plumas, tanto las que usaban para volar como las que recubrían el resto del cuerpo de estos pájaros; algunas, incluso, conservan trazas de color en forma de manchas o rayas.
"Estos son algunos de los fósiles más sorprendentes que hemos visto durante mucho tiempo. Durante algunas décadas sabíamos que muchos dinosaurios tenían plumas, pero la mayoría de nuestros fósiles son impresiones de plumas en losas de piedra caliza triturada", comentó a la BBC Steve Brusatte, paleontólogo de la Universidad de Edimburgo. Estos restos constituyen las primeras evidencias de folículos y plumas de las aves del Cretácico y, además, conservan restos de músculos, garras y piel desnuda. En su conjunto, "la organización y la estructura del plumaje es bastante similar al que se encuentra en los pájaros modernos", añade Xing.
Los investigadores han aplicado técnicas de rayos X para estudiar la estructura y la organización de las plumas y los huesos en estos fósiles. "Ahora podemos examinar la posición de cada pluma en las alas y en qué lugar de la piel que se ha preservado se insertan", comenta Xing, que asegura sentirse "emocionado porque es la primera oportunidad de observar plumas en ámbar junto a material del esqueleto, mientras que los trabajos previos se han centrado en plumas aisladas". Utilizando luz ultravioleta, también pudieron analizar las líneas y rayas que las alas dejaron antes de que se solidificase la resina, cuando el pájaro en cuestión trataba de escapar de aquella trampa mortal que hoy es una ventana al pasado.