El mercado sigue conmocionado con un fuerte cambio de escenario, que se reflejó en el nuevo reporte del USDA. Estados Unidos encontró así una fuerte suba en la demanda externa.
El mercado sigue conmocionado con un fuerte cambio de escenario, que se reflejó en el nuevo reporte del USDA. Se venía trabajando con un exceso de oferta, tras tres campañas donde la producción excedía al consumo, y justo cuando, con la cosecha sudamericana se iba a coronar un nuevo ciclo, las lluvias se concentraron sobre la Argentina, y faltaron en Brasil, generando pérdidas en ambos países. Los compradores que pensaban abastecerse por estas latitudes, debieron derivar su aprovisionamiento a EE.UU., que encontró así una fuerte suba en la demanda externa que se está llevando sus stocks.
Mientras esto ocurre la demanda sigue mostrando señales de fortaleza. En las últimas campañas ésta había crecido muy fuerte, pero la producción lo había hecho en mayor grado. Ahora que la producción sufre un traspié, la demanda sigue creciendo y se nota su fortaleza. Esta semana se divulgaron las cifras de importaciones Chinas de poroto de soja en mayo. Con 7,7 mill. de t fueron un 25% más que el año pasado, y un nuevo récord para ese mes.
El USDA en su reporte mensual publicado el viernes recogió esto con una baja de stocks 16/17 de 1,2 mill. de t respecto al informe previo, quedando incluso por debajo de lo que los analistas esperaban. Esto a su vez repercutió a nivel internacional.
En el caso del maíz el recorte fue mayor, pasó de stocks finales para la campaña nueva en 54,7 mill. de t a 51 mill. de t cuando el esperado era de 54 mill. de t. Este recorte está mostrando la fortaleza de la demanda sobre EE.UU. por la menor disponibilidad en Sudamérica que marcábamos al inicio.
Mientras todo esto ocurre, la campaña norteamericana está en marcha, con el maíz prácticamente sembrado en su totalidad, y la soja muy avanzada. Sin embargo, la suba de precios que se vio desde que se inició la implantación hasta aquí, podría generar que el área sembrada se incremente algo más. Veremos este dato cuando el USDA publique el 30 de junio su informe sobre área sembrada.
Pero independientemente de ello, en lo productivo, hasta aquí se viene muy bien. La calidad de los cultivos arrancó muy alto, lo que permitiría, de mantenerse así, llegar o incluso superar las proyecciones de rendimiento actuales. Pero falta mucha agua correr bajo el puente, y con elevadas temperaturas, se teme por los pronósticos cálidos y secos por delante. Vamos a tener un mercado climático feroz, en una campaña sin espacio para errores.
El trigo, mientras tanto, es un mercado mucho más global, donde no se ven señales de alarma para la producción, y si bien la demanda crece, e incluso podría incrementarse en lo forrajero por lo caro de la harina de soja y el maíz respecto al trigo, no se ven sobresaltos.
De todas formas el trigo es un mercado regional, y localmente la exportación está muy vendida con el exterior, e incluso está teniendo demoras para recibir lo que tiene anotado. Por eso se muestra nerviosa y traslada buenos precios por el grano. Mientras tanto, también Brasil está demandando trigo, e incluso por los altos precios del maíz, algo de grano se pasó a consumo forrajero.
Pensando en el nuevo ciclo, la siembra de trigo viene algo atrasada en nuestro país, fundamentalmente por el retraso en la cosecha vieja, y los excesos de humedad que impiden la implantación. Adicionalmente un comentario preocupante es que el consumo de fertilizantes no estaría tan demandado como se esperaba, debido a que hay menos intención de producir trigo de alta calidad que la pensada originalmente.
(*) Profesor e investigador del Centro de Agronegocios y Alimentos de la Universidad Austral.