Lo sufren 9 de cada diez personas en Estados Unidos. 5 claves para identificarlo y un test de 20 preguntas para conocer el nivel de adicción al celular
Cuando se está por agotar la batería del celular, ¿sentís que te corre un frío por el cuello? ¿Comenzás a transpirar o pensás en salir corriendo a recargar el dispositivo? Si algo de esto te sucede probablemente sufras del síndrome de la batería baja.
Así decidieron llamar a esa imperiosa necesidad de vivir al rito del teléfono. Esa sensación abrumadora que sobreviene cuando la energía del celular "está por morir" afecta a nueve de cada 10 estadounidenses. El dato surge de una encuesta realizada por Ebiquity, de la que participaron 2.000 usuarios.
De acuerdo con el informe, que fue difundido por LG Electronics, las personas "sienten pánico" cuando la batería dispone de menos de un 20% de carga disponible. Además, cerca de cuatro de cada 10 deja de hacer lo que está haciendo y vuelve a su hogar tan sólo para cargar su móvil.
Otro dato revelador de la ansiedad que puede generar el teléfono es que el 80% de los encuestados aseguró que recarga los dispositivos antes de salir, incluso cuando no es necesario.
Además, el 70% se niega a prestar sus cargadores o baterías de repuesto por miedo a no contar con ellos cuando lo necesiten. Como si eso fuera poco, el 41% confesó que tiene tres o más cargadores y el 60% admitió pedir prestado un celular para mandar un mensaje o hacer un llamado cuando la batería del suyo se está agotando.
En el caso de los Millennials, una generación que en parte creció con smartphones, mostraron una especial dependencia con sus dispositivos. Un 42% dijo que es capaz de dejar de ir al gimnasio para recargar sus móviles. Además, el 61% lo apaga para que la batería dure más tiempo. En otros casos evitan sacar fotos o acceder a las redes sociales. Todo con tal de permanecer conectados, un ratito más, a la vida paralela que viene de la mano de los teléfonos inteligentes.
5 señales de que uno está sufriendo el síndrome de la batería baja
1. Pedirle a un extraño que nos cargue el celular.
2. Tomar sin pedir permiso el cargador de celular de otra persona.
3. Pedir algo de beber o comer en un local de comidas sólo para usar las tomas eléctricas disponibles.
4. Discutir con un ser querido porque no respondió a los llamados o mensajes.
5. Mantener el teléfono en modo avión para conservar la batería.
Esta necesidad por estar todo el tiempo interconectados está muy vinculado a otro dato que difundió hace poco la consultora Headway Digital que asegura que los argentinos miramos el celular unas 150 veces por día.