De acuerdo a los informes de los analistas privados que tratan de anticiparse a lo que el USDA (Departamento de Agricultura de Estados Unidos) muestran una reducción de stocks motivados por las mayores ventas en el hemisferio norte satisfaciendo la demanda que habitualmente se provee de Sudamérica. El gran interrogante es si solo una variable del mercado, por importante que resulte, es suficiente para justificar el movimiento de los precios.

Estas subas en los valores ocasiona quejas en los productores que se habían cubierto en soja, lamentan los aumentos de precios que no pudieron capturar, y ahora con el maíz por recolectar nadie habla de tomar posiciones en el mercado porque temen que con el cereal ocurra un fenómeno similar al incremento de precio de la oleaginosa.

Analizando objetivamente la situación podemos observar que el maíz en el mercado local para la fecha de cosecha en Americana del Norte, Diciembre, presenta valores muy atractivos, muchos mejores que los futuros de los Estados Unidos. Esta situación es difícil que se mantenga por largos periodos de tiempo, ante este escenario los compradores internacionales optarán por comprar en el país del norte por sus precios más competitivos.

Posiblemente en Argentina los precios continúen con premios si pensamos que los compradores locales pujaran por conseguir lo saldos que no se exporten, y ante la ausencia de Registros de Operaciones de Exportación que provocó un vertiginoso ritmo de ventas al exterior, la preocupación por hacerse de mercadería crece. A la fecha ya existen comprometidos once millones setecientas mil toneladas de acuerdo a lo que informan los exportadores que empiezan a preocupar la provisión de mercadería en el final de la campaña.

Sabemos que mucho de lo comprometido no está comprado, y que las demoras en las cargas de los buques provocadas por la imposibilidad de recolección son gravosas, sin embargo cuando el tiempo se normalice esta presión disminuirá. A estos valores los exportadores no están cerrando nuevas operaciones con embarques desde Argentina y en algún momento esta diferencia con los precios de Estados Unidos desaparecerá. O sube los precios en el país del Norte o bajan las cotizaciones locales por la alta dependencia internacional de los precios de los granos. Tampoco los compradores locales pueden pagar grandes sumas porque existe la posibilidad de importar, sustituir en parte y los sectores avícolas, porcinos y de feed lots no están pasando por su mejor momento.

El exceso de optimismo nos puede hacer perder una excelente oportunidad que hoy muestra el mercado, pero sin dudas cualquier decisión de cobertura de precios que se tome en estos escenarios volátiles tenemos que adicionar coberturas al alza.

Con respecto a estas coberturas al alza la lógica indica que debo hacerlo donde los precios mayor probabilidad de subas presenten, si se confirma la “Niña” en Estados Unidos los operadores se comenzarán a preocupar en la época de floración del maíz, lo que habitualmente denominamos “Mercado Climático Americano” encareciendo las coberturas con opciones.

Este año deberemos está muy atentos con la evolución de los precios, la efectividad de la cobertura no alcanza con leer los mercados y tomar posiciones, requiere de un mayor esfuerzo intelectual: analizar el mercado, tomar posiciones flexibles y hacer un seguimiento aseguran mejores resultados, que ante grandes escaladas alcistas siempre resultan insuficientes.

A pesar que el productor sienta que “perdió” en el Mercado a Término, lo mejor que puede pasarnos es justamente eso, perder dinero con la cobertura, por las siguientes razones:

1.- Nadie cubre el 100 % de la producción, los porcentajes son siempre bajos, no existe en Argentina el hábito de tomar coberturas.

2.- La mercadería que quedó sin poner precio cubre con creces las pérdidas de la cobertura.

3.- A los precios que se colocó mercadería, la ecuación económica era positiva.

En síntesis la tarea de comercialización nunca termina, es necesario planificar las ventas durante todo el año donde la entrega de la mercadería solo se transforme en una instancia.
 

Por Juan Vasquetto