Protagonizó junto a Gil Lavedra, Lousteau e Illia una discusión filosa y cargada de chicanas en el segundo cruce televisivo de los candidatos de UNEN antes de las elecciones internas; pese a las diferencias, prometieron unidad después de octubre.
El debate fue chispeante , dinámico, algo desordenado y por momentos filoso por las chicanas que, sin piedad, se cruzaron entre los participantes: la contracara perfecta del que se vio hace una semana atrás entre los precandidatos a senador del frente UNEN. Anoche fue el turno de los postulantes a diputado de ese mismo espacio, Ricardo Gil Lavedra (Juntos), Martín Lousteau (Sumá Más), Leandro Illia (Presidente Illia) y Elisa Carrió (Coalición Sur), quienes caldearon aún más la pelea que se dirimirá en 10 días, en elecciones primarias.
El debate, que tuvo como escenario el programa televisivo A dos voces , de la señal de cable TN, fue la apoteosis de una semana cargada de tensión en el frente UNEN , que se desató cuando Carrió repartió críticas a diestra y siniestra contra sus socios electorales. Anoche, la líder de la Coalición Cívica continuó con la misma táctica, aunque bajó los decibeles de la agresividad; dueña de un histrionismo particular, dominó claramente la escena como si disfrutara del debate y de los nervios de sus rivales, que, con suerte dispar, buscaban rebatir sus embestidas.
"No te doy un beso porque querés «domesticarme»", se mofó Carrió de Gil Lavedra, quien había lanzado la frase. "¡Ningún hombre en el mundo me había dicho semejante estupidez!", se rió.
Uno de los pasajes más calientes del debate se desató cuando Carrió le enrostró a Lousteau, ex ministro de Economía de Cristina Kirchner, la autoría de la resolución 125 sobre retenciones móviles al agro, lo que provocó una crisis sin precedente entre el Gobierno y el campo.
La discusión arrancó cuando Lousteau, al recordar su paso por distintos cargos públicos, enfatizó que "dio la pelea desde adentro" al Gobierno. "Yo podría decir que nunca tuve una denuncia por corrupción, pero eso es sencillo si uno no estuvo adentro. Yo lo estuve, dando pelea con coraje y en equipo", exaltó.
Carrió tomó el guante. "El coraje se muestra al denunciar la corrupción de [Julio] De Vido cuando vos eras ministro con él. ¿Por qué no renunciaste? Quisiera que esto lo expliques [al electorado], porque el daño al campo fue terrible", asestó.
"Comparto con Carrió, [Lousteau] debió haber renunciado antes", coincidió Illia. Gil Lavedra acotó: "¡Además, se trató de una resolución que despreció al Congreso!".
Lousteau se tenía aprendido el libreto. "Yo me incorporé al Gobierno con la promesa de que [Guillermo] Moreno se iría a los tres meses y De Vido, a los seis meses. No ocurrió. Los lunes desayunaba con Moreno para ver qué cagada iba a hacer e intentar contenerla. Una de ellas fue una propuesta de retenciones del 63,4%. Yo busqué una solución más moderada", insistió.
Y sin olvidarse de Gil Lavedra, le asestó: "¡Me extraña, Ricardo, si tu segunda candidata a senadora [Victoria Donda] votó a favor de la 125!"
"Me tranquilizan estas explicaciones -dijo Carrió-. Pero hay otro tema que me preocupa, el de la droga. El proyecto de despenalización de Victoria Donda (segunda candidata a senadora de Juntos) es funcional al narcotráfico y al paco."
Gil Lavedra reaccionó: "Drogarse es malo, es claro, pero no es un problema del derecho penal, no es la cárcel la solución, sino la asistencia sanitaria del Estado", enfatizó.
Carrió no se acalló. Les enrostró a Gil Lavedra y al precandidato a senador Rodolfo Terragno haber firmado, en el gobierno de la Alianza, la llamada tablita de Machinea, sobre el impuesto a las ganancias. Pero fue más allá cuando recordó que muchos opositores acudieron al diálogo con el Gobierno tras su fracaso electoral en 2009. "Son blandos y yo soy una dura, porque así hay que ser con los prepotentes y autoritarios", desafió.
"No hay que confundir blandura con diálogo, y no creo, Lilita, que vos seas dura -retrucó Gil Lavedra-. Sos profundamente ineficaz y dogmática, encerrada en una verdad única. Como la Presidenta. No hay que despreciar el diálogo con todos los representantes del pueblo."
El debate terminó entre sonrisas, con la promesa de la continuidad de UNEN después de las elecciones. Después de tantos cruces, sintieron la necesidad de aclararlo.