El mercado espiralizó la suba de soja en la semana pasada, arrastrando al maíz y al trigo, motivada en gran parte por la situación del exceso de lluvias en Argentina.
El mercado espiralizó la suba de soja en la semana pasada, arrastrando al maíz y al trigo, motivada en gran parte por la situación del exceso de lluvias en Argentina. Por el lado del maíz además las precipitaciones que están sobrando en el país, faltan en Brasil, y esto podría afectar la producción, lo que también ayudó en la suba. Sin embargo la pregunta es cuál es el impacto real en el mercado de estas cuestiones, y en el fondo si los valores se justifican o si esto es una reacción desmedida de los fondos.
En el mercado local, en tanto, los precios de la soja subieron tanto en los que son para entrega inmediata como para entrega en los meses venideros, e incluso en la campaña próxima. En el caso del maíz la suba estuvo más concentrada en las primeras posiciones, que pasaron de los u$s 155 la tonelada a casi u$s 190 en los momentos de pico. Pero los valores para meses futuros, como julio o incluso abril de 2017 tuvieron alzas menores. Este comportamiento también puede explicarse por el efecto de las lluvias, que es distinto para ambos cultivos.
En primer lugar debemos dimensionar el problema que enfrentamos: tuvimos tres semanas seguidas de lluvias, las que abarcaron una zona muy amplia, Entre Ríos, Santa Fe y Córdoba, que además explican la mitad del área sembrada total se soja del país, y en donde generalmente se dan los rendimientos más altos, y el 45% de la de maíz.
Luego tenemos que tener presente que el primer impacto que tienen las lluvias al momento de la trilla sobre los cultivos es el atraso en la recolección. Esto hace que los envíos de mercadería se retrasen, los buques que estaban ya programados y están llegando no tengan que cargar, y se paguen valores muy elevados por mercadería disponible. y es así como tanto en maíz, como soja los precios de la mercadería con entrega corta subieron significativamente. Si la situación se prolonga, como viene ocurriendo en este caso, los compradores que contaban con esa mercadería deberán reemplazarla por otros orígenes, haciendo que proveedores competidores de Argentina reciban una demanda inesperada, que hará subir sus precios. Es por ello que el valor de la soja en Chicago subió. Se espera que EE.UU. exporte más soja, subproductos y maíz para llenar el "hueco" de Argentina. Pero esto es transitorio, y cuando los embarques se reinicien, todo lo que subió debería bajar.
El otro efecto de las continuas lluvias es la posibilidad de que se produzca una caída de rindes. Esto en soja es muy posible, y de hecho circulan varias fotos de sojas en las que los granos se brotaron, o se abrieron las chauchas. Pero en el caso del maíz, la situación no es tan grave, en primer lugar porque el cultivo resiste mejor los excesos de humedad, pero además porque gran parte de los mismos fueron sembrados en forma tardía y las lluvias no los impactaron. Como se ve, este efecto de menor producción se genera en soja pero no en maíz. Es por esto que los precios de la soja subieron en todas las posiciones bastante parejo, mientras que los de maíz explotaron en el corto plazo, pero no tanto en las posiciones más lejanas.
Ahora bien, caben dos preguntas importantísimas: ¿cuánto se perdió? Y la otra: ¿la reacción de precios está bien o es desmedida? Claramente ambas preguntas están relacionadas. Las proyecciones oficiales hablan de una merma de 3,3 millones de toneladas pero los privados creen que es mucho más. Se habló de hasta 10 millones menos de soja. Es imposible determinarlo a ciencia cierta. Lo que sí sabemos es que los fondos especulativos compraron activamente de la mano de esta información, y ellos tienden a exagerar. Veremos finalmente qué ocurre cuando entren las máquinas y sepamos a ciencia cierta cuánto es la cosecha de soja argentina.
(*) Profesor investigador del Centro de Agronegocios de la Universidad Austral.