La historia política en el mundo se escribió de muchas maneras y gracias a numerosos sucesos. Desde algunos procesos duraderos, complicados y meditados por los líderes hasta acontecimientos de los más casuales y triviales. Esa segunda instancia surgió, en mucho de los casos, cuando la fortaleza del político se vio sometida por las debilidades de la persona. Así, la ambición sexual de personalidades con poder se convirtió en algunos casos como un factor clave de procesos sociopolíticos y económicos.
La escritora e historiadora Kathy Benjamin, autora del libro
Funerals to die for publicó una serie de escándalos sexuales que cambiaron la historia política de las potencias mundiales. Infidelidades que modificaron un rumbo electoral, affaires que consolidaron una nueva imagen de un político o predilecciones sexuales que condujeron a la unión política de naciones enfrentadas son algunos de los escándalos íntimos que marcaron un antes y un después.
Posiblemente se trate del escándalo sexual más renombrado en todo el Siglo XX. En 1998, cuando Clinton comenzaba su segunda etapa como presidente de los EEUU, salió a la luz una serie de encuentros sexuales con la entonces pasante de 22 años, Monica Lewinsky. El caso condujo a un juicio político al presidente norteamericano y sepultó las esperanzas electorales de su sucesor Al Gore, en los comicios del 2000.
Entre infidelidades y espías
La década de los 60' registró quizás uno de los momentos más ásperos entre los dos bloques de la guerra fría. En aquel entonces, el conservador Ministro de Guerra británico John Profumo y sus problemas con las infidelidades cambiaron el rumbo de la política de Reino Unido. El dirigente tuvo un affaire con la bailarina Christine Keeler. Y ese caso, que en un principio habría sido perdonado por la Cámara de los Lores, se vio perjudicado, ya que la propia Keeler también había sido amante de Eugene Ivanov, un representante naval de la Embajada de la Unión Soviética en Londres. El escándalo provocó la renuncia de Profumo y el Partido Laborista perdió las elecciones en 1964, después de 12 años en el poder.
Las actividades extramatrimoniales de John F. Kennedy durante su presidencia fueron varias y quedaron bien documentadas a lo largo del tiempo. Posiblemente, la infidelidad más famosa fue la cometida junto al ícono de la belleza de la época, Marilyn Monroe, quien casualmente fue más tarde amante de su hermano, Robert. Las consecuencias, en ese caso no fueron negativas, sino que desde aquel momento trazaron un nuevo paradigma para la historia estadounidense. La nueva imagen del político exitoso de EE.UU requería que el carisma y el atractivo sexual se impusieran sobre su capacidad política.
Agradecimiento por los servicios prestados
Durante varios siglos, hubo una enemistad declarada entre los británicos y los franceses. Y uno de los inesperados pacificadores fue nada menos que el príncipe de Gales Eduardo VII, hijo de la Reina Victoria, quien cumplió un rol protagónico en el camino hacia la firma del tratado de no agresión entre ambas partes denominado Entente Cordiale. Según la escritora Benjamin, el monarca era un fiel aficionado al alcohol y a las mujeres, especialmente las de los burdeles franceses. Por ende, intuye que "Bertie", como le apodaban, siempre tuvo cierto aprecio por el vecino galo y se mostró dispuesto a entablar negociaciones.
Cuando la guerra civil estadounidense estalló, en 1861, el General de división Joseph Hooker intentó todos los métodos para mantener a sus soldados entusiasmados. Uno de ellos fue el de contratar a un numeroso grupo de prostitutas para que acompañara a los combatientes por las noches, para intentar hacerles olvidar las penurias de los enfrentamientos.
(Infobae)