Se trata de Pedro Martín Ureta, quien sembró 7 mil árboles para darle vida a una enorme guitarra que su esposa, ya fallecida, siempre quiso construir.
La gran obra paisajística de un estanciero argentino fue captada desde el espacio. Se trata de una guitarra compuesta por 7.000 árboles, que el hombre hizo como homenaje a su esposa y madre de sus hijos, fallecida.
La NASA publicó hoy un archivo con unos tres millones de fotografías tomadas durante 16 años por el satélite Terra. Y entre las millones de imágenes se destaca la de la guitarra, un parque forestado de unas 25 hectáreas ubicado en la localidad cordobesa de General Levalle, obra de Pedro Martín Ureta, un productor agropecuario de 75 años, y sus hijos.
Graciela Yraizoz falleció en 1977, a los 25 años. Y dejó a Ureta solo con sus cuatros hijos, y con el proyecto de construir la inmensa guitarra como siempre ella la había soñado.
Unos años después, Ureta, en contra de las recomendaciones de paisajistas que creían imposible lo que quería hacer, comenzó a construirla. No fue fácil: el terreno se encontraba en una zona semiárida, donde son frecuentes los vientos fuertes y las sequías. Tuvo que sembrar y resembrar. Insistir en los deseos de Graciela.
"La Guitarra está construida en sus contornos por pinos cipreses californianos de color verde oscuro, las seis cuerdas de la guitarra están hechas con eucaliptos medicinales de un tono característico azulado, el puente al igual que la estrella que decora la boca de la guitarra, están delineadas por pinos cipreses de piña", cuenta uno de sus hijos en un blog dedicado a la obra.
Vista desde arriba, la guitarra parece un oasis en medio del desierto.
María Julia, una de las hijas de la pareja, confesó a The Wall Street Journal que cuando vio a los árboles finalmente florecer fue una sensación parecida a tener a su madre con vida.
Pedro teme volar y solo ha visto su obra en fotos.