José Luis Gómez (28), cabo de la Policía Caminera, murió ayer a la madrugada al volcar el móvil con el que perseguía, al parecer, a otro vehículo cuyo conductor habría intentado evadir un control de alcoholemia. Al momento del siniestro vial, el joven efectivo iba solo en la patrulla policial, algo que no figura en el protocolo de procedimiento de la fuerza.

Según se informó de manera oficial, alrededor de las 3.30 de ayer, Gómez estaba al frente de un control de la Caminera ubicado en la ruta provincial 1, en el acceso a la ciudad de San Francisco.

“El efectivo se encontraba de servicio circulando en un móvil identificable Fiat Siena, por el camino rural número 10, aproximadamente a cuatro kilómetros de la ruta 1, cuando, por causas por establecer, perdió el control del vehículo y falleció”, se indicó en el comunicado de la Policía de Córdoba.

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De acuerdo con fuentes policiales, Gómez vio que unos metros antes del puesto, el conductor de un vehículo, para evitar el control de alcoholemia, dobló por un camino rural.

Entonces, por su cuenta, se subió al móvil 5688 y salió solo en su persecución. Se trata de un camino de asfalto que luego se torna de ripio, y que comunica con la localidad de Plaza Luxardo, ubicada a 15 kilómetros de la ciudad de San Francisco.

Mientras intentaba alcanzar al auto que perseguía, Gómez perdió el control de su rodado, se fue hacia la banquina derecha, pegó un volantazo, se cruzó hacia la otra banquina, chocó contra un alambrado y volcó, según la reconstrucción. Murió en el acto.

Entre otros puntos por establecer, se investiga si iba sin cinturón de seguridad o si la cinta se le cortó.

Gómez era casado, padre de un niño de 5 años y su esposa está embarazada de cuatro meses.

Al conocerse su fallecimiento, el pesar ganó a sus compañeros y conocidos.

Entre las muestras de dolor, algunos también realizaron reproches contra los superiores y aseguraron que estas arriesgadas acciones eran consecuencia de la presión con la que trabajan los uniformados obligados, al parecer, a realizar una cierta cantidad de multas por turno, según aseguraban (ver Prevención versus recaudación).

Fuerza de luto. Además, se trató de la segunda muerte consecutiva que enluta a la fuerza. El sábado a la madrugada, el sargento Julio César López (42) regresaba a su casa tras prestar servicio en la comisaría de Arroyo Cabral cuando fue atropellado, en la Costanera de Villa María, por un Peugeot 206 en la que iban dos adolescentes de 17 y 16 años. López tenía cinco hijos.

Fugas trágicas. El sábado hubo tres muertos al chocar un auto que huía de la Policía y una moto, cerca de La Calera. Ayer, un policía falleció al despistar cuando perseguía a un auto en San Francisco.


Fuente: LA VOZ