El factor afectivo y emocional que le puede aportar la compañía de un perro a una persona es más que sabido. Incluso, la mascota puede llegar a cumplir un rol trascendental en los aspectos psicológicos de su dueño. Sin embargo, nuevos descubrimientos de la ciencia demostraron que la presencia del perro en la casa puede ser útil incluso en el cuadro clínico de los habitantes de la casa.
Un estudio de la Universidad de Uppsala, en Suecia, reveló que los perros ayudan a reducir considerablemente la posibilidad de que los niños puedan contraer asma y otras diversas complicaciones respiratorias.
El informe, publicado en el prestigioso JAMA Pediatrics, informó que aquellos chicos cuyos primeros años de vida fueron desarrollados en compañía de perros, registraron una menor probabilidad de un cuadro asmático que aquellos que no lo hicieron.
"Estudios previos habían indicado que aquellos niños que se criaron junto a animales en zonas rurales tenían un 50% menos de probabilidades de asma. Nosotros queríamos investigar si ese patrón se repetía con aquellos niños que crecían junto a perros en la ciudad", explicó Tove Fall, el líder de la investigación.
La clave, en el sistema inmune
El estudio fue extensivo y registró durante años nada menos que a un millon de chicos y el resultado fue sorprendente para los especialistas: aquellos niños que crecieron junto al animal registraron un 15% menos de probabilidades de contraer asma que los que lo hicieron sin perros.
Si bien ese 15% no es un número demasiado grande, fue suficiente como para demostrar que los perros sí pueden influenciar la buena salud de sus dueños.
Los especialistas indicaron que los beneficios radican en lo que ellos llaman "el efecto rural". La exposición desde una temprana edad a los perros hace que se vuelva a moldear un grupo de microbios ubicados en el intestino de las personas. A esta particular comunidad se la conoce como "microbioma gastrointestinal".
De este modo, el cuerpo se prepara de mejor manera para tolerar efectos producidos por el contacto, por ejemplo, con el pelaje del animal y la reactivación del sistema inmune ante esos factores alergénicos tan comunes parece reducirse.
"Esto representa una buena noticia para aquellas madres que están embarazadas y, ante la llegada de un bebé, no saben qué hacer con su perro. Aquí se confirma el éxito del efecto rural", agregó Fall.
Según la escuela de veterinaria de la Universidad de Pennsilvania, los resultados demostrados por los científicos escandinavos sirvieron para engrosar la lista de beneficios clínicos y psicológicos que aportan los perros a los humanos. Entre otros, se pueden registrar el incremento de actividad física, una caída en la presión sanguínea y de cuadros de ansiedad y una mejora en las probabilidades de sobrevida tras una operación cardíaca.
La alergia, el principal peligro
Una aclaración que realizó tanto Fall como el resto de los investigadores suecos es que el beneficio registrado en el contacto con los perros respecto al asma no funciona ni funcionará con aquellos niños que padecen algún tipo de alergia a los perros. Por ende, cuando los niños presentan síntomas alergénicos.