En Tucumán, referentes del sector dijeron que la actividad ya empezó a recuperarse, con una retención de hembras muy clara.
El país perdió más de 10 millones de cabezas de ganado bovino en la última década. Sin embargo, se puede ser optimista. Hay datos para ello. Por ejemplo, la faena de hembras bajó al 41%.
Así lo sostuvo Dardo Chiesa, consejero del IPCVA (y el jueves electo presidente de CRA), en un seminario que organizó el Instituto la semana pasada en Tucumán. “Esto es bueno, porque demuestra que el productor comienza a retener vientres y se robustece la fábrica de terneros”, explicó.
Frente al nuevo escenario político, según Chiesa, hay que mirar atentamente todos los indicadores para determinar cuáles son los puntos por donde tienen que pasar los reclamos del sector. “Se deben modificar las reglas de juego”, afirmó.
Y agregó que para apoyar la recomposición ganadera debería haber una actualización del tipo de cambio, salir del cepo cambiario y eliminar las retenciones a la exportación de carne.
“Es importante tener en claro lo que hay que hacer, sobre todo, frente a las nuevas posibilidades que ofrecen mercados como EE.UU. y Canadá”, aseguró. Y destacó que “las carnes están teniendo un comportamiento totalmente distinto del resto de las materias primas y en el campo aparecen planteos ganaderos con márgenes brutos muy superiores a los de la agricultura y con índices mínimos de riesgos productivos”.
Desde la industria, el especialista Jorge Torelli advirtió que en 2050 será necesario producir 100 millones de toneladas de carne bovina para abastecer a 9.000 millones de habitantes en el mundo.
“La demanda va a superar ampliamente a la oferta. Por esto vamos a ver mucha volatilidad en los precios de la carne en el mundo y también en la Argentina”, aseguró. Para el industrial, el desafío será “ser ingeniosos para que los argentinos sigan consumiendo como históricamente lo han hecho”. Por otra parte, reclamó que “los gobiernos deben aplicar políticas de Estado que se mantengan en el tiempo”, y puso como ejemplo a Brasil, cuya expansión mundial en carnes comenzó en el gobierno de Fernando Henrique Cardoso y siguió con el de Lula.
A su turno, el flamante presidente del IPCVA, Ulises Forte, confió en que el nuevo Gobierno propicie incentivos impositivos y políticas crediticias para aumentar el peso de faena. “Tenemos que concientizar a la población sobre que un novillo de 420 kilos es tan tierno y muchísimo más sabroso que la ternera de 300 kilos que se está faenando”, manifestó.
El nuevo titular aseguró que una de las primeras metas para el 2016 en la cadena ganadera será poder cumplir en su totalidad con la Cuota Hilton, obtener buena parte de la Cuota 481, comenzar a exportar a Estados Unidos y Canadá, abrir nuevos mercados, como Vietnam, y aumentar los envíos a China. “La imagen de la carne argentina en el mundo está intacta”, aseguró el flamante titular del Instituto.