El 7 de noviembre, en el Salón Blanco de la Municipalidad, a las 20.30 hs. es la cita en la que un “tipito”, de esos bohemios y con nostalgia, que recorre la ciudad cuando cae el sol y que mira a las almas desde su capacidad de ver más allá, se sentará a hablar de su libro y de los personajes que lo habitan.
 
Rubén Lucero, escritor, es el hombrecito que ha unido con un lazo mágico a los seres que deambulan con sus amores y tristezas, con sus contradicciones y vuelos, los ha juntado, los ha mezclado, los ha hecho mirarse a los ojos, los ha empujado a amarse, les ha dado vida desde la palabra y de algún modo les ha dado la existencia física.
 
El libro “De Mujeres y Hombrecitos” es un reflejo del trabajo de Rubén quien se ha afianzado como escritor, buscando la síntesis en sus textos, algunos de ellos publicados desde su red social.
 
Desde su transitar la urbanidad, el escritor sabe recoger los detalles simples y sensibles que configuran a los hombres y mujeres que aparecen en este nuevo libro, buscando llegar directo a las emociones de los lectores.
 
En un diálogo ameno y digital, Rubén responde acerca de sus libro e inevitablemente los hombrecitos y mujercitas cobran vida, más allá de la palabra…
 
¿Cuánto hace que no publicabas un libro?
Un año y un poco más, el anterior fue Cazador de Estrellas que poco a poco se fue haciendo un espacio y es un libro que ha gustado más de lo que suponía
 
¿De qué trata el nuevo libro?
Uyyy (risas), es un libro caótico, tiene momentos de elaboración y otras veces es un vomito literario. Son reflexiones, ideas, planteos, miradas y estados de ánimo, claro.
 
¿De dónde surgió la inspiración cotidiana para escribir estas historias cortas?
En realidad escribo corto porque siempre he sido muy vago y además me seduce la brevedad ligada a lo intenso. El cimbronazo, el flechazo certero, el golpe al cerebro que te deja pensando. Disfruto esa posibilidad y cada vez me cuesta más leer una novela o un ensayo.
 
¿Estos hombrecitos y mujercitas cuánto tienen de la realidad?
Es una trama verdadera en la mente de un mentiroso. Yo escribo porque me permito ser otro, pero es cierto que nunca conseguimos desprendernos completamente de nosotros, de lo que somos, de nuestra formación, de nuestros prejuicios y gustos. Por eso la realidad y la ficción son parientes cercanas, gemelos diría…
 
¿Escribiste un libro con historias de amor?
Es un libro de amor, es cierto, hay mucho de eso, de volver al romanticismo, a la frase que seduce y que nos permite desenchufarnos de una realidad que se muestra muy hostil…
 
¿Cómo se ve el amor desde el lugar de escritor que camina la ciudad?
A partir de lo que es el amor me cuesta entender los crímenes pasionales o las agresiones de quienes han sido “enamorados uno del otro”. Eso pienso mientras camino la ciudad y leo las crónicas policiales… Miro los cafés e imagino que un tipito le dijo a una mujercita, allí en esa mesa, que la amaba con locura. Después sigue la historia y el amor termina en un homicidio.
 
¿En qué lugar se encuentran hoy los escritores de la ciudad para mostrar sus obras?
Hay distintos grupos de escritores en la ciudad. Hay divisiones y posturas sobre lo que se escribe y como se difunde el material. Nosotros desde la SER, con apenas dos años, creo que trazamos un camino, muy criticado por cierto, pero ahora, parece que no estábamos tan equivocados porque se hacen antologías similares a la nuestra.
 
Tus libros siempre tienen un trasfondo social, ¿hacia que institución se destinará lo recaudado?
Esta vez todo lo destinado en la presentación, es decir lo que se recaude por la venta, será para el Banco de Alimentos.
 
¿Qué importancia tiene que tu libro lo haya prologado Bachi Salas?
Bachi, junto a Elda Duran, son voces autorizadas a la hora de juzgar un escrito. He tenido la suerte que ambas me prologuen mis libros. Además son mujeres extremas en su generosidad. Por supuesto que hay muy buenos escritores en la ciudad, pero hago hincapié en ellas precisamente porque siempre están dispuestas a ayudar.
 
¿Qué significado tiene este libro para vos?
La confirmación de que ese hilo invisible con que están trazadas las vidas, existe. Analizo algunos puntos de mi pasado y de mi presente y creo que ya no podría dejar de escribir. Eso no quiere decir que lo haga bien (risas).


Por Laura A. Pereyra