La Princesa es intachable cuando se trata de respetar el protocolo. Sin embargo, más de una vez sus estilismos provocaron críticas. Los looks más resonantes de la futura Reina.
Es indiscutible que Máxima logró convertirse en un ícono de estilo. Pero como todo personaje de relevancia a nivel mundial sus elecciones de vestuario muchas veces desataron la polémica.
En noviembre de 2012 en un evento público en las calles de Holanda, Máxima, al igual que su hija mayor, Amalia, vistió una campera que en su capucha tenía piel de mapache. Tras esta aparición, numerosas organizaciones protectoras de animales salieron a criticarla y repudiar su elección.
Pero esa no fue la única vez que dio que hablar con su look – más allá de los constantes halagos a su distinguido estilo-. En su visita a los Emiratos Árabes a comienzos de 2012, optó por utilizar un velo para cubrirse, como comúnmente se hace en esa región. Ante las objeciones que sostenían que el atuendo “simboliza la represión de las mujeres árabes”, la Reina Beatrix –quien vistió lo mismo que su nuera porteña- decidió ejercer su derecho a réplica. Fue así que en su defensa, adujo que era una cuestión de respeto a la cultura y a la religión del país que visitaron.
Sin embargo, hubo más: En 2006, en medio de rumores y denuncias por talleres clandestinos con trabajo esclavo y empleados indocumentados, Máxima le hizo llegar una carta a la diseñadora argentina Graciela Naum alegando que, tras verse involucrada entre los acusados, ella dejaría de usar sus modelos. “Nos pusimos a trabajar con una compañía de responsabilidad social empresaria neerlandesa que nos recomendaron en la Embajada de Holanda e hicimos un relevamiento de todos nuestros talleres para ver cuál estaba en malas condiciones”, aclara Naum y agrega: “Se les hizo una devolución en la que contamos con la participación del Gobierno de la Ciudad, hubo un asesoramiento, ayudamos con obras y máquinas y dejamos trabajar con los que no mostraron intenciones de optimizar la situación”.
Más allá de los distintos altercados que se suscitaron y que, probablemente, dada su importancia como personalidad de la política mundial, seguirán habiendo, Máxima recoge infinidad de comentarios positivos a diario por su impecable vestimenta. Por esta razón, se puede decir que es nuestra embajadora de la moda en el mundo que ya califica como marca registrada.