Demandan pagos a la industria retroactivos a mayo, que no se cumplieron
El conflicto lechero, que el jueves pasado había encontrado un principio de solución, vuelve a resurgir, advirtieron dirigentes de la producción. La disputa se había originado entre tamberos e industrias por la baja de precios de la leche anunciada unilateralmente por las empresas (15 centavos por litro en junio e igual monto este mes), pero tras arduas negociaciones se había alcanzado un acuerdo entre tamberos, trabajadores e industriales del sector, que se comprometieron a no efectuar nuevos recortes al precio de la materia prima, según se informó en ese momento. Pero ayer la situación pareció retrotraerse. "Es más, [el conflicto de fondo] todavía no empezó", alertó Gustavo Vionnet, miembro de la Confederación de Asociaciones Rurales de Santa Fe (Carsfe), que integran 30 sociedades rurales y cuatro asociaciones de productores. "Hasta ahora, sólo hemos discutido migajas", subrayó.
Vionnet explicó que el país produce "entre un 27 y un 30% más de lo que puede consumir. Como los precios internacionales siguen cayendo, ya no es atractivo exportar. Entonces, hay más leche para el mercado interno. Nos queda un largo camino de negociaciones, porque el tambero ya está cansado y no va a seguir produciendo a pérdida", destacó.
Sobre las razones que derivaron en el último conflicto, durante el que se derramaron cerca de tres millones de litros de leche -porque las industrias no retiraban la materia prima de los campos y hasta hubo un paro de actividades de la Asociación de Trabajadores de la Industria Láctea de la República Argentina (Atilra)-, el ruralista opinó que "hubo una política nacional que durante muchos años miró hacia otro lado y no atendió las necesidades del sector lechero".
Gustavo Colombero, integrante de la Federación de Centros Tamberos (Fecet) de Santa Fe, coincidió con Vionnet en que por diversas gestiones, la protesta del tambo se interrumpió. "Pero el conflicto no está superado. Debe recordarse que tampoco fueron satisfechas las demandas del productor, que pretendía que los precios que abona la industria se retrotrajeran a mayo. Pero como gesto de buena voluntad se aceptó. Pero eso no quiere decir que todo volvió a la normalidad", afirmó.
"Mirando los números -prosiguió Colombero- hoy se paga de 3 a 3,20 pesos por litro, según la calidad de la leche. Yo hice mis números y le puedo asegurar que señalan que el litro tiene un costo de 3,82 pesos. No debemos olvidar que, por ejemplo en la zona oeste de Santa Fe, estamos saliendo de una grave inundación, donde se perdió la base pastoril, con elevados costos para el sostenimiento de los rodeos. Yo pasé por innumerables situaciones como las que se generaron en el último conflicto, pero estamos en un momento complicado que se puede advertir cuando se confirma que en los últimos meses ya cerraron 400 tambos en la cuenca lechera más importante de América latina".
Desde el sector empresario se admite que hay algunas situaciones por analizar. El presidente del Centro de Industrias Lácteas (CIL), el santafecino Miguel Paulón, reconoció que el nivel de endeudamiento que tienen las industrias las compromete seriamente. "Como industria privada quemamos las naves", dijo Paulón.
Explicó que "los excedentes que no se pueden exportar hay que colocarlos en el mercado local. Para vender en el mercado externo tendríamos que perder 2000 dólares por tonelada y eso llevó a las industrias a tener el endeudamiento y la situación financiera que hoy tienen. Pero si lo hacemos quebramos a las empresas en pocos días. Entonces todo el mundo ajusta los precios a las condiciones que ofrece la realidad del mercado. No tenemos salida. Desde diciembre que hemos tenido el primer intento de acomodar los valores de la materia prima a esta situación tuvimos determinadas circunstancias que nos llevaron a sostener el precio. El endeudamiento adquirido en los últimos seis meses indica que esto tiene claramente su final", advirtió.
Por último, Juan Otero, vicepresidente de la Asociación de Productores de Leche de la Argentina (APLA), aseguró que "ya no tiene sentido que sigamos ordeñando para terminar fundiéndonos. No estamos defendiendo un negocio, estamos defendiendo una forma de vida, una idea, un idealismo, una forma de vivir, una forma de país. El productor no quiere tirar la leche, pero hay que decirlo con todas las letras: Acá hay un zorro que se está escondiendo; es el hipermercadismo", criticó..