Lo sostuvo un relevamiento de la ingeniera Ana María Martino, de la facultad de Ciencias Agraria de Rosario, en el reciente seminario de Acsoja. Se trata de un aumento del 762% contra 2008.
En las góndolas de un supermercado se pueden encontrar hoy 189 productos que contienen soja o derivados de la oleaginosa, como aceites, proteínas y harinas, según un relevamiento que presentó la ingeniera agrónoma Ana Clara Martino, de la facultad de Ciencias Agraria de la Universidad Nacional de Rosario, en el seminario 2015 que organizó recientemente la cadena de la soja (Acsoja). “Se trata de un aumento del 762% contra 2008. Y se puede decir que los argentinos comemos más soja de lo que nos damos cuenta”, comentó la especialista.
Todos los años Acsoja le dedica un espacio importante en su congreso a mostrar las múltiples formas de agregar valor a la soja. Y así como el año pasado la novedad fueron los interiores para asientos de autos realizados en base a derivados de la oleaginosa, este año el producto que más despertó la atención de los asistentes fueron unas bolsitas saborizadas con curry para cocinar comida en el horno y en el microondas realizadas en base a proteínas de soja, un desarrolladas que presentó el Centro de Investigación y Desarrollo de Criotecnología de Alimentos de la Universidad de la Plata.
“Empezamos una línea de investigación sobre ingredientes saborizantes que se pueden elaborar en base a la fuente de proteína que queda en la harina de soja. Así llegamos a las bolsistas para cocinar en el horno, que tanto se están usando ahora, pero son muchas las ventajas de hacerlas en base a la proteína de soja frente a las de plástico. Por un lado, es material biodegradable realizado en base a fuentes renovables, no como es el petróleo. Además, al ser un producto alimenticio no hay riesgo para la seguridad alimentaria y las mismas bolsas contienen el saborizante para la carne por lo que no se necesita espolvorear un saborizante sobre lo que se va a cocinar como hay que hacer hoy con las de plástico”, explicó la doctora Adriana Noemí Mauri, del centro de estudios platense.
Finalmente, se presentaron investigaciones sobre el uso de fermentos lácticos como alternativa biotecnológica en la industria de productos diferenciados de la soja. “Haciendo, con la fermentación, más digerible la proteína de soja pudimos desarrollar cuya ingesta tiene beneficios en los tratamientos para diabetes, obesidad y enfermedades cardiovasculares”, expuso la doctora Marisa Selva Garro, del mismo centro de estudios de La Plata.