El seleccionado argentino de fútbol igualó 2 a 2 con su par de Paraguay, en su debut en la Copa América. El Kun a los 28 del primer tiempo y Messi de penal a los 35, marcaron para la albiceleste. Descontó Haedo Valdéz y Barrios lo empató.
Lucas Barrios sale gritando desaforado, se saca la camiseta, recorre la pista de atletismo y grita el 2-2 final que opacó el debut argentino en la Copa América. El empate le deja un gusto amargo al equipo de Tata Martino que ganaba 2-0 con los goles de Agüero y Messi, de penal, y parecía cómodo, que tuvo situaciones para golear y que se fue desinflando, retrocedió mal y lo terminó pagando muy caro.
El primer tiempo fue un dominio absoluto de Argentina. Desde el primer minuto el trámite quedó claro. Los once paraguayos en su campo, parados 4-5-1, con una marca escalonada. Salía Víctor Cáceres a hacerle sombra a Messi, lo relevaba Ortigoza y esperaban agazapados los defensores para achicar líneas. Así trataban de cortar el circuito de juego argentino.
El equipo del Tata mantuvo siempre la paciencia. Con Banega y Pastore como ejes en el medio y abanicando la pelota de banda a banda. Con el dominio absoluto de la pelota y con el equipo de Ramón Díaz replegado, enseguida los laterales se sumaron al mediocampo y el equipo argentino defendía con el triángulo Garay-Otamendi-Mascherano.
La primera situación clara fue a los 16 minutos. Trepó Rojo por izquierda sacó el centro para el lado opuesto, que capturó Di María, tocó con Pastore, pivoteó para Mascherano y el remate del 5 con destino del arco se encontró con Messi en el camino, que no pudo desviarla al gol.
Y en ese contexto, la Selección empezó a caer en las redes paraguayas.No le encontraba la vuelta y necesitó de un regalito para destrabar el partido a los 28 minutos. Encaró Messi del medio hacia la derecha, encerrado en la marca de dos defensores. Parecía que el avance se diluía pero Miguel Samudio, que ya había ganado la posición, intentó tocar atrás para su arquero. El pase fue muy débil, quedó corto y lo aprovechó el Kun Agüero, que definió con clase: gambeta larga frente a Antony Silva y toque para el 1-0.
Con la ventaja, todo fue distinto. A Paraguay el plan de abroquelarse y presionar la creación de juego de Argentina ya no le alcanzaba. Y a la Argentina el 1-0 le daba esa cuota de tranquilidad para empezar a crecer en el juego.
De mitad para adelante las posiciones nunca quedaban fijas. Di Maríaapareció por derecha en la jugada que terminó en el penal de Samudio (no pareció infracción, el exCentral fue al choque) y que Messitransformó en el 2-0. Pastore flotó por el frente de ataque y Agüero entraba y salía del corazón del área.
En el segundo tiempo, a Paraguay no le quedó otra que salir un poco de su trinchera. Y se armó otro partido. El gol de Nelson Haedo Valdez, con un derechazo fuerte que se coló por encima de Romero, activó al equipo de Martino, que estaba demasiado cómodo con la ventaja.
Se animó el equipo de Ramón Díaz y el partido se transformó en un partidazo. Messi encaraba por un lado y la pelota cruzaba por la línea de gol sin que nadie llegara a soplarla. De contra, cuatro paraguayos llegaban a la carrera ante tres argentinos. El equipo del Tata lucía partido. Y lo salvó Chiquito Romero dos veces.
Los cambios no ayudaron a mejorar al equipo: Higuaín y Tevez oingresaron al mismo tiempo por Agüero y Pastore. Pero el equipo precisaba tenencia de pelota y marcar territorio en el mediocampo. Ya no había ideas. Era apostar a que una gambeta de Messi liquidara la historia o que los paraguayos fallaran en la definición, como lo hicieron hasta esa pelota parada del final. Llegó el centro de Ortigoza, la bajaron para la entrada de Lucas Barrios y el mediocampista sacó un latigazo, seco, que dejó sin nada para hacer a Sergio Romero.
¿Fue justo el empate? No, Argentina mereció ganar y si hubiera estado fino debió haber goleado. Pero el entrenador no acertó en los cambios, Paraguay se animó a jugar y desnudó los huecos entre la defensa y los mediocampistas de la Selección. Y lo acorraló hasta llegar al empate. El debut fue un paso en falso. El martes habrá revancha ante Jamaica. Martino tiene tarea para la semana. El primer tiempo le dejó cosas para sonreír, pero la segunda parte demostró que a su idea de juego todavía le quedan muchas cosas por pulir.