Luego de seis años en reparación, se pondrá en marcha esta tarde.
La Floralis Genérica, ícono de la ciudad de Buenos Aires, volverá a abrir y cerrar sus pétalos desde hoy a la tarde, luego de permanecer más de seis años inactiva. La clásica escultura metálica no funcionaba por un "desperfecto mecánico", según informó el gobierno porteño, pero se reinaugurará en el marco de un show libre y gratuito en la plaza de las Naciones Unidas, donde está ubicada la obra del arquitecto Eduardo Catalano. La estructura, que mide 22 metros de alto y pesa 24 toneladas, está ubicada a metros de la Facultad de Derecho, y los trabajos de recuperación se hicieron entre el gobierno porteño y una empresa privada.
"Para nosotros constituye un orgullo recuperar este ícono de Buenos Aires. Fue un desafío de gestión e imaginación, y es un gran honor devolverle a la ciudad un sofisticado monumento que combina la mecánica, el arte y un mensaje por la naturaleza", dijo el ministro de Ambiente y Espacio Público, Edgardo Cenzon.
Los trabajos incluyeron el arreglo del pistón subterráneo, que permite que los pétalos se abran y alcancen un diámetro de 32 metros; el apuntalamiento preventivo de los seis pétalos -cada uno pesa 3500 kilos-; el arreglo de los motores de la fuente que rodea la escultura; el control y la reparación de los sensores de viento y agua que hacen que los pétalos se cierren cuando hay mucho viento y lluvia, y el refuerzo de las estructuras que componen los pétalos con placas de aluminio y soldaduras, para que puedan soportar tormentas.
"Reparar el mecanismo de la flor fue un verdadero desafío, ya que hubo que reconstruirlo por completo; sin planos, porque se perdieron; con el esfuerzo y la dedicación de un grupo de ingenieros, técnicos y profesionales que realmente se pusieron al hombro esta tarea", explicó el subsecretario de Mantenimiento del Espacio Público porteño, Rodrigo Silvosa.
La Floralis Genérica funcionó por poco tiempo luego de su inauguración, en 2002, hasta que el mecanismo se rompió debido a que uno de los pétalos fue vencido por los vientos de una fuerte sudestada. Desde entonces, los intentos de reparación fueron infructuosos debido a que la empresa que la había construido se fue del país sin dejar planos.