Las malas noticias económicas no le dan respiro a Brasil y refuerzan los pronósticos de una fuerte recesión para este año.

Según reveló ayer el Instituto Brasileño de Geografía y Estadística (IBGE), la producción industrial cayó 1,2% de marzo a abril, con lo que la actividad lleva ya acumulada una contracción del 4,8%, el peor resultado desde 2009, cuando debido a la crisis internacional la caída fue de 7,1%.

El año había empezado con algunas esperanzas para las fábricas, que tuvieron un aumento de 0,2% en enero, pero luego la tendencia fue barranca abajo: -1,4% en febrero, -0,7% en marzo y ahora -1,2% en abril.

"Todas las grandes categorías económicas y la mayor parte de las actividades anotaron una reducción en su producción", resaltó el IBGE en su informe mensual. Los bienes de capital cayeron 5,1%; los durables, 1,8%, y los de consumo, 1,9%.

Los sectores que más empujaron los resultados negativos fueron los de vehículos automotores (-2,5%), industria clave que suma siete meses seguidos de retracción; otros equipos de transporte (-8,5%); máquinas, aparatos y materiales eléctricos (-5,4%); productos químicos y farmacéuticos (-5,3%); perfumería y artículos de higiene y limpieza (-3,3%); electrónica y óptica (-3,2%); metalúrgica (-2,4%); productos de goma y material plástico (-2,3%); bebidas (-2,2%), y celulosa y productos de papel (-2,2%).

En comparación con el mismo período de 2014, la producción industrial se desplomó en abril 7,6%.

El deterioro de los indicadores macroeconómicos llevó al propio gobierno de la presidenta Dilma Rousseff -reelegida en octubre pasado- a prever para este año una recesión, con una reducción del PBI de alrededor del 1,2%.

Mientras tanto, el nuevo equipo económico a cargo del ministro neoliberal Joaquim Levy busca aprobar en el Congreso medidas de ajuste para sentar las bases para retomar el crecimiento. La semana pasada anunció un recorte presupuestario de más de 23.000 millones de dólares para este año, el ajuste más drástico de la era del Partido de los Trabajadores (PT) en el gobierno.

OPTIMISMO

"Creo que vamos a dar vuelta nuestra producción industrial. Hay alguna cosa difícil en el sector de automóviles. Obviamente, tuvimos algunos años con mucho apoyo, una producción que fue muy mantenida por el crédito público. Creo que ahora estamos en un período de acomodamiento", señaló Levy, al comentar los nuevos datos desde París, donde asistió a una reunión de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE).

"Pero, independientemente de los estímulos que la industria tuvo en el pasado, debe continuar siendo una industria importante. En especial, la cadena de proveedores de esa industria, porque es ahí donde está la diversificación de nuestra base industrial", agregó el ministro.

Por su parte, Dilma reiteró ayer que el plan de ajuste fiscal impulsado por el gobierno brasileño estará acompañado por una política exportadora agresiva, ahora que el real se devaluó casi un 30% frente al dólar desde su reelección.

"Vamos a tener una agenda más proactiva de acceso a los mercados. Y parte de eso es nuestra búsqueda sistemática de ampliación de relaciones con los demás países. Fue el caso de la visita del primer ministro chino, Li Keqiang, de nuestra visita a México [la semana pasada], y será el caso de nuestra relación con la Unión Europea y la Celac [Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños], de nuestra visita a Estados Unidos [a fines de este mes], y al recibir en agosto a la canciller alemana, Angela Merkel", subrayó la presidenta. (La Nación)