Adujeron demoras para descargar soja; según la empresa, era el ritmo habitual; hubo disparos y encapuchados.
Doce autos quedaron totalmente quemados, destruidos e irreconocibles por el tinte del hollín en la playa de estacionamiento. Dos fueron tumbados. La planta de calada, un galpón gigante donde se obtienen las muestras de los camiones para verificar la calidad de los granos, resultó devastada por las llamas, como también las oficinas de la portería, la enfermería y una camioneta de la policía.
Este inventario es fruto de los disturbios que se produjeron anteanoche en la planta de Louis Dreyfus Commodities, en General Lagos, a unos 22 kilómetros de Rosario, luego de que un grupo de camioneros destruyera e incendiara parte de la planta para mostrar su hartazgo frente a las extensas esperas -que, a veces, dentro y fuera de las terminales superan las 48 horas- para descargar granos durante la cosecha de soja.
En Dreyfus advirtieron que horas antes de que estallara el conflicto "la descarga de camiones estaba funcionando dentro de los parámetros habituales para esta época de plena zafra". "No hubo demoras extraordinarias", apuntaron. Las esperas eran de entre 15 y 17 horas. El director de relaciones institucionales de la firma, Luis Zubizarreta, explicó: "La planta tiene una capacidad para operar con 1200 camiones y se estaba trabajando con unos 900" vehículos.
Las 22 terminales que componen el complejo exportador del Gran Rosario reciben por día un promedio de 7500 camiones en esta época de cosecha de soja, que este año será récord, con una estimación de 58,5 millones de toneladas.
El 85% de ese volumen de soja se exporta desde los puertos que se concentran en una línea ribereña de unos 80 kilómetros, entre Villa Constitución y Timbúes. Según datos de la Bolsa de Comercio de Rosario, por año arriban a las terminales 1,5 millones de camiones no sólo desde la zona núcleo, sino también de regiones alejadas, debido a la extensión de la frontera agropecuaria.
Lo que llamó la atención de la policía y de los directivos de Dreyfus fue la ferocidad y la violencia de los disturbios. Según informaron fuentes policiales, "había gente encapuchada y se oyeron disparos de arma de fuego". La policía usó balas de goma para reprimir.
El fiscal David Carizza investiga la posibilidad de que los incidentes hayan sido instigados por personas ajenas a los transportistas.
Los incidentes comenzaron anteayer por la tarde y se extendieron pasadas las 22. Para atacar las llamas participaron ocho unidades de bomberos de Arroyo Seco, Rosario, Villa Gobernador Gálvez y Villa Constitución, que trabajaron hasta entrada la madrugada para apagar el fuego en el caladero.
Los 12 vehículos incendiados pertenecen a empleados de la empresa. "Si quieren protestar, que lo hagan, pero ¿por qué fueron a quemar los autos de los trabajadores? Es una locura lo que pasó", se lamentaba un empleado que se desempeña en el sector de calada, que quedó totalmente destruido.
La primera semana de abril, cuando las terminales comenzaron a nutrirse de camiones, se produjeron disturbios en las plantas de Terminal 6 y en Nidera, en Puerto General San Martín.
El 9 de abril, el conflicto estalló en Nidera, donde unos 20 camioneros rompieron las instalaciones de la planta y destruyeron vehículos. La queja de los transportistas era la misma: que deben esperar en condiciones muy malas durante días para poder descargar.
A simple vista, la playa de camiones de Dreyfus estaba repleta anteanoche y fuera del predio la fila tenía una extensión de más de 10 kilómetros. "Hay veces que estamos parados cuatro días. Nos avisan que tenemos cupo y entramos", explicó Roberto Cervera, transportista de Ballesteros, Córdoba.
Desde la Federación de Trabajadores del Complejo Industrial Oleaginoso recordaron que esa organización "ha denunciado la práctica empresarial de otorgar cupos de descarga más allá de la capacidad de la planta y de las posibilidades de organización del proceso de descarga".
Ayer la empresa informó en un comunicado que la planta había comenzado a operar con normalidad, y que se está investigando para determinar responsabilidades.