Horas antes de la movilización, la jefa de Estado dijo que hay que "garantizar que quienes conduzcan a partir de diciembre de 2015 tengan las mismas ideas". Y resaltó: "Este Gobierno no permite que le marquen la cancha"
Sin referencias directas a la marcha del silencio de esta tarde, pero con indirectas para varios sectores, Cristina Kirchner habló más de 40 minutos en cadena nacional este mediodía.
Desde Atucha II, la Presidente cuestionó a la oposición, reiteró críticas a los Estados Unidos e Israel y volvió a defender su gestión y la de Néstor Kirchner. "En el 2015 tenemos que garantizar que quien conduzca este Estado argentino tenga las mismas ideas", reclamó ante el aplauso del público.
Cristina Kirchner dedicó buena parte de su discurso a las cartas que el canciller Héctor Timerman envió este martes a los gobiernos de los EEUU e Israel para que "no interfieran en asuntos internos" de la Argentina ni trasladen al país conflictos internacionales. "Argentina regresa al selecto club de países que tienen tecnología propia para enriquecer con menos intensidad el uranio. Esto es lo que les molesta a algunos. Por eso ayer nuestro canciller envió dos cartas a dos importantes actores internacionales en momentos que se debaten cuestiones que algunos quieren venir a plantear a la Argentina", señaló.
Luego, en uno de sus pasajes más encendidos de su discurso, advirtió: "Es un mundo de intereses, querido, de intereses. Quieren que unos estén subordinados y los otros mandarnos. Se enfrentan con gobiernos como este que no permite que nadie les marque la cancha".
Aprovechó entonces para defender los acuerdos comerciales que firmó con China y dejó un mensaje para otras potencias: "Si quieren venir de otros países y potencias ofreciendo las mismas condiciones de financiamiento y posibilidades, estamos abiertos a todo el mundo, pero sin imposiciones de nadie, porque somos un país con ovarios. Por lo menos hasta el 10 de diciembre".
"Algunos quisieron hacerse los tontos y mirar para otro lado. Pero ruego a los compatriotas que lean cada uno de los párrafos. Ahí esta lo que quiero avisarle a todos los compatriotas y los hombres y mujeres que van a tener que gobernar después del 10 de diciembre de 2015", sostuvo.
En otro tramo de su mensaje, Cristina Kirchner contó una anécdota de la primera gira presidencial de Néstor Kirchner por Europa. "Gobernaba en ese entonces la república de Francia Jacques Chirac. Un hombre que sería más conservador o de la derecha. Sin embargo, cuando Néstor Kirchner se sentó en el palacio del Eliseo junto a mí y la delegación que lo acompañaba, el primer reclamo que le hizo ese presidente fue que la sociedad francesa, la tan admirada por muchos que nos critican, no podía entender y, lo que es peor aún, no podía aceptar que asesinos, torturadores y desaparecedores de ciudadanos franceses caminaran por la calle. Ahí sentí vergüenza, porque no se le podía explicar que el Congreso argentino había votado leyes que absolvían de pena y castigo a quienes habían torturado y desaparecido".
"Esas cosas son las que a nosotros no nos perdonan. Puedo ir a cualquier país del mundo, incluso a países con cárceles clandestinas y gente sin proceso. O a países que lanzan misiles contra poblaciones civiles. Puedo ir a esos países, pararme enfrente y decir que en Argentina impera la ley. Ningún argentino puede ser encarcelado sin un juicio", cuestionó.
Ya sobre el final de su discurso, Cristina Kirchner contó una anécdota sobre cómo en una acalorada discusión el entonces presidente Fernando de la Rúa fue encarado a gritos y con golpes en la mesa por un empresario. "A mí ni siquiera Él (Néstor Kirchner) me gritaba, mucho menos un empresario. Este es el verdadero problema que hay en la argentina, que antes gobernaban otros", apuntó.
Advirtió entonces que en el país existe "una disputa de poder que es en definitiva una disputa de poder sobre qué pasa con ustedes". "No es sobre si manda más la Presidente o el empresariado, sino cómo les va a ir a ustedes. Si mandan más los que tienen más, a ustedes les va a ir peor", concluyó.