La siguiente podría ser una pregunta para un test de personalidad: “Día de los enamorados, ¿sí o no?”. Y la respuesta definiría el perfil romántico –o crédulo– de una persona. Porque no se puede ser indiferente a San Valentín, una fecha que muchos aman y tantos otros sencillamente odian. Está el novio o marido que nunca compra regalos porque sostiene que se trata de “un invento capitalista” y también aquel que se deja llevar por la oportunidad, organiza planes en pareja y hasta se anima, por ejemplo, a extender los límites de la pasión. Cada cual elige.

Pero cada vez más gente se rinde a la festividad de Cupido, que en todo el mundo se celebra hoy. Según la Confederación Argentina de la Mediana Empresa, el año pasado las ventas se incrementaron un 12,5% con respecto a 2013 y para esta noche las expectativas siguen en alza. “El rubro más favorecido es el gastronómico, los restaurantes tienen esta noche entre 10 y 15% más de reservas que en 2014”, asegura Fabián Tarrío, presidente del área de Comercio de la entidad.

En el sitio de reservas Restorando.com confirman el dato. “En 2014 las reservas para San Valentín se duplicaron y este año ya están por encima de esa marca”, señala Michelle Lamarche, responsable de PR. Los barrios favoritos de los enamorados son Palermo (39%), Zona Norte (18%), Recoleta (10%) y Puerto Madero (10%).

Florerías, bombonerías y casas de bijou también festejan. Es que en esos rubros también se nota el impacto de San Valentín. “En general el regalo lo compra el hombre, aunque no gasta en cosas de demasiado valor”, señala Tarrío.

Pasar la noche en un hotel de lujo también es una de las opciones más requeridas por las parejas e incluso funciona como un combo debido a que en esos establecimientos funcionan restaurantes de primera línea. “Nuestro restaurant, Le Sud, está todo completo para hoy y las reservas de hospedaje crecieron con respecto al año pasado, ya que las parejas aprovechan para cenar y luego pasar la noche en el hotel”, afirma Frèdèric Ribault, gerente General de Sofitel Buenos Aires Arroyo.

Pero como dice la frase “el dinero no hace la felicidad” y a la hora del amor valen más los gestos que las inversiones monetarias desmedidas. “Lo mejor es obsequiar lo que nos falta: tiempo”, recomienda la licenciada Any Krieger, miembro de la Asociación Psicoanalítica Argentina (APA). “Hay que servirse de San Valentín como un pasaporte hacia el reencuentro amoroso, la idea es marcar una ruptura en la rutina”, agrega.

En el ámbito sexual también se puede abrir una puerta a lo distinto. “Hay que hacer uso de la fecha para dar rienda suelta a una situación erótica particular, aunque no debe quedarse en ese día y diluirse”, explica Krieger. Y agrega: “Para festejar en 2016 con la misma pareja será necesario que San Valentín sea lo más cotidiano posible”.

En ese sentido, para ir calentando motores, y con un acertado sentido económico de la oportunidad, se estrenó a nivel mundial “Cincuenta sombras de Grey”. Se trata del film sobre libro homónimo que narra el vínculo sexual –al menos en la primera entrega– entre un atractivo joven millonario y una chica del montón. Él la inicia en la práctica sadomasoquista y era de esperar que, con más 100 millones de ejemplares vendidos en todo el mundo, la historia pusiera a la “cultura sado” de moda. La película se convirtió rápidamente en lo más visto de la semana. Y Clarín estuvo en una sala de cine: entre el público, tantos fans como parejas en plan de curiosear para ver qué pasa.

Mientras tanto en los sex shop están de parabienes. “La gente llama y pide la colección oficial de juguetes sexuales de Fifty Shades of Grey, pero nosotros no la tenemos”, explica un vendedor de America Sex Shop en la víspera del Día D. Aunque claro con o sin película, “el día previo a San Valentín las ventas aumentan entre un 30% y un 40% y estamos sin un segundo de paz”, cierra.