Dicen que alrededor de su casa circulan autos sospechosos. Sienten miedo de ser víctimas de hechos de inseguridad en la casa donde vive la niña.
Familiares de Martina Acosta –la hija de Paola, asesinada el año pasado y arrojada con ella a una alcantarilla– aseguraron ayer que presentaron una denuncia en la Comisaría de barrio Patricios porque en torno a su domicilio existen personas que indagan por la pequeña.
Sebastián Acosta –hermano de Paola y tío de la niña– anticipó a este diario que su madre, Norma del Carmen Gómez de Acosta, denunció que durante el último fin de semana apreciaron en el barrio movimientos sospechosos de dos vehículos.
El primero de ellos, fue durante la madrugada del sábado cuando una camioneta estuvo circulando a cuatro cuadras de la casa donde los abuelos cuidan a Martina, en barrio Arenales. En ese lugar, los tres jóvenes ocupantes se detuvieron a dialogar con vecinos y uno de ellos preguntó “con nerviosismo” dónde vivía la niña. Según apuntó Sebastián, esa camioneta no circula habitualmente por el barrio y quienes iban en su interior no son de allí y nadie los conoce.
Algo similar ocurrió durante el mediodía del domingo. Cerca de las 13, la abuela Norma apreció una automóvil que estaba detenido frente a su domicilio. Si bien no le llamó demasiado la atención, sí reparó que en su interior había una mujer que no era del barrio y que estuvo detenida un buen rato.
Recién se alertó cuando se enteró del dato de la camioneta vista por vecinos el día anterior. Los abuelos temen por la seguridad de Martina, quien ya cumplió 2 años y vive con sus abuelos y su tía Marina, hermana de la asesinada Paola.
El episodio que conmovió a la sociedad cordobesa el año pasado ocurrió a mediados de septiembre cuando la mamá y la niña desaparecieron, hasta que fueron halladas en una alcantarilla ubicada junto al puente Zípoli, en barrio Alberdi. Ambas habían sido acuchilladas, pero la niña sobrevivió providencialmente pese a estar varias horas en el lugar.